(CASI BRILLAS)
Hoy me acordé de ti.
Volviste a derrumbar mi mundo.
Me acordé de ti
al son de una canción
que en algún momento
me hizo pensarte mucho;
sólo que ahora
ya no brillas,
ni brillas tan lindo,
ni brillamos juntos.
Recordé que nos dimos
todo lo que se nos dio,
nos dimos todo eso y mucho más.
Pero de qué sirvió darte tanto
si al final te importó una mierda
acabar conmigo,
con mi amor;
y te fuiste, sin mí,
sólo porque sí,
sin dar explicación.
Siempre quisiste irte,
supongo;
jamás logré enamorarte,
quizá.
Recordé el amor
que falsamente me jurabas
después de amanecer colgado de tus labios.
Recordé que contigo se fue mi sonrisa
-a la que tantas veces llamaste «divina»-.
Me recordé durmiendo en tus brazos
-que eran el único lugar
en el que me sentía seguro-.
Ahora te escribo
ya sin sonrisas,
sin esperar abrazos,
con un cielo
que ya ni siquiera se ilumina
con la luna llena;
no, desde que te fuiste todo es oscuro.
Y así, juntitos los dos;
así, intrínsecamente tuyos,
siempre tuyos,
todo mi odio y todo mi amor.