DICIANNOVE: Un giro inesperado

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Media noche.

La gente de Cristhian trabajaba en los nuevos planes de su líder. Exterminar a todos los trabajadores de Alexander. Con Alexander ya muerto, para Cristhian el deshacerse de sus trabajadores sería cosa sencilla.

Los nuevos planes consistían en llegar al café y con armas de fuego, equipadas con silenciadores, matar a sangre fría a todos uno por uno; como en aquella fiesta en la que Samuel y cómplices asesinaron a todos, menos a el peligro, y fue porque el castaño se enamoró de Guillermo con tan solo verlo por unos minutos, posteriormente, un grupo de personas se encargaría de distraer a las personas cercas del área del café, otros estarían atentos por si la policía pasaba por esa zona.

Sin duda alguna, el día de mañana será un buen día para Cristhian.

Después de ver los movimientos que harían para el día de mañana, afinar y revisar las armas y repasar el plan que habían creado con el que acabarían con todo lo que tenía el difunto Alexander, Cristhian, dio la orden de por fin ir a descansar, que mañana no será un día de campo, se trataba de el final de lo que quedaba de Alexander.

[...]

Las ocho con diez de la mañana. El castaño ya estaba despierto a esa hora a pesar de estar sin dormir estos últimos días después de que Guillermo supiera la verdad absoluta sobre Samuel, ¿Por qué no había dormido?, sencillo, estos días estaba llevando acabo el plan que había desarrollado junto a Jimena, Gregory y las demás personas que trabajaban en el café.

Primer nivel del plan, la infiltración.

Todos acordaron que Samuel tenía que infiltrase en los campos de trabajos de Cristian y mediante micrófonos, obtener toda la información de lo que hablasen ellos.

Estos días, Samuel estuvo yendo a varios de los lugares clandestinos en los que la gente de Cristhian y el mismo Cristhian llevaban a cabo sus trabajos sucios sobre asesinar a la gente inocente de la ciudad, sin levantar sospechas ante las demás personas, Samuel se infiltraba en estas casas y se encargaba de colocar pequeños micrófonos en varias partes especificas de este lugar para saber los futuros planes que realizaría Cristhian.

Al escuchar las grabaciones del día anterior, los que sucedieron a media noche, el castaño se exaltó demasiado por los repentinos cambios que había realizado Cristian, sin duda alguna esas nuevas jugadas que han realizado fue un giro inesperado para los planes de Samuel y todos los del café. Esa noche, tras terminar de oír las nuevas acciones que llevarían acabo, decidió descansar, sabía que esto no le daría tiempo para hacerlo, pues necesitaría más tiempo para pensar como resolver esto.

El castaño se cambió de ropa tras bajar de su dormitorio corriendo, no desayunó, no había tiempo para lujos. Cogió su móvil y buscó desesperadamente el número de Jimena y al encontrarlo, lo marcó.

Un timbre, dos timbres, tres, cuatro, al final, sonó la contestadora, a Samuel no le gustaba esto, Jimena siempre contestaba el móvil. Esto parecía no ir bien.

La paranoia empezaba a llegar al cuerpo de Samuel, esperaba por lo más que quisiera que no fuera demasiado tarde.

Buscó ahora el número de Gregory rápidamente y marcó este con la esperanza de obtener una respuesta. El móvil empezó a sonar, segundos después, la voz de Gregory sonó.

—Samuel, ¿Que...

—¿ESTÁN BIEN?.— Interrumpió el castaño con una voz alterada.

—Si... ¿Estás tu bien, Samuel?, Suenas muy alterado, ¿Que pasa?.— Preguntó con suma confusión.

—¿Está Jimena bien?

— Si, ella está bien... Pero dime, que sucede, me estás dando miedo, Samuel.

El chico del antifaz || Wigetta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora