QUATTRO: Recuerdos indescriptibles

829 126 67
                                    

Desperté y lo primero que contemple fue que no me encontraba en casa, gire mi cabeza para observar mi entorno y me di cuenta que estaba en un hospital y estaba en camilla, quise recordar que había sucedido pero al parecer la jaqueca no me dejaba recordarlo, estaba a punto de pararme cuando observo que un doctor junto con un policía entran al cuarto.

—Joven Guillermo, parece que ya está mejor.—Anunció el doctor.

—Un poco, doctor... ¿Qué es lo que tengo?... ¿Cómo es que llegue a parar en el hospital?.

—Uhh... parece que esto se complicará... verás un anónimo realizó una llamada a la policía...

—Ayer en la noche alguien atacó un antro a sangre fría y mataron a todos los que se encontraban en el, sólo que tú fuiste el único vivo, que es sumamente curioso.— Habló el policía.

—Yo no tengo nada que ver.— Dijo Guillermo asombrado por las palabras del policía.

—El equipo paramédico te encontró bien, sólo fuiste drogado y al parecer la droga afecto tus recuerdos.— Señaló el doctor.

—Y, ¿Qué más sucedio?.

—Sólo sabemos eso, por eso decidí venir a interrogarte.— Dijo el policía acercándose a Guillermo.

—Dígame joven Guillermo... ¿Usted observo algo sospechoso antes del incidente?.

Guillermo puso su cabeza a trabajar intentando recordar lo sucedido la noche anterior.

—No, yo sólo puedo recordar que estaba bailando y cuando voltie sólo vi a una persona acercándose a mi.

— Y, ¿Cómo era esa persona?.

—No lo sé... recuerdo que llevaba puesto un antifaz... Y no podía verle la cara... Es todo lo que puedo recordar, oficial...

—Está bien, lo que nos has dicho nos servirá de algo, chico, espero y te mejores pronto... con su permiso doctor...

El policía salió de la habitación dejando a Guillermo sólo con el doctor.

— ¿Entonces sólo puedes recordar eso?...— Preguntó el doctor volteando a ver a Guillermo.

—Si, doctor.

—Vale, seguirás hospitalizado para seguir checandote y mejorar la recuperación.

—Vale, doctor.

—¿Algún familiar al cual le avise de tu situación?.

—No... Nadie.

—Vale.

Después de las palabras del doctor, Guillermo se quedó solo; se sumergió en su memoria para poder recordar algo, pero sus esfuerzos fueron en vano, de tanto forzar el cerebro, Guillermo quedó exhausto, se dispuso a dormir y empezó a soñar.

Sueño

Me encontraba en el antro, observé a mi alrededor y contemplé a cientos de personas, personas que no tenían rostro, me asusté; observé que de pronto todas las personas se hundían en el suelo, poco a poco, hasta que desaparecieron por completo, fue entonces cuando escuché que alguien se acercaba a mi, me gire y me encontré con un hombre trajeado y con un antifaz en cara, no podía moverme y el hombre se acercaba cada vez más a mi, el espacio se agotó y fue cuando sus labios se posaron en mis oídos susurrandome...

—Serás mio.

Después de dedicarme esas palabras, su rostro se aproximaba hacia el mío, yo seguía moviéndome pero ningún esfuerzo triunfaba, el tiempo se acabó y sus labios se posaron sobre los míos, haciéndome estremecer, se separó de mí y empezó a caminar hacia atrás sin dejar de verme, poco a poco su imagen desaparecía hasta sólo quedar su rostro con el antifaz.

El chico del antifaz || Wigetta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora