TREDICI: Obstáculos

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Narra Samuel

¿Por que a mi?

¿Por qué todas las desgracias de gran magnitud me tienen que ocurrir a mi? ¿Por qué ahora que todo estaba yendo tan perfecto, en cuestión de segundos se tuvo que destruir esa perfección?

Me cago en la puta que parió a Cristhian.

Las sensaciones conquistaban mi cuerpo, cada vez más emociones negativas nublaban mi razonamiento y me proponían matar, cometer lo que menos quiero hacer. Las palabras que mi subconsciente desarrolló seguían deambulando por toda mi mente "Tendrás que matar a Guillermo", Guillermo, la persona que más quiero en esta vida, mi novio.

Lo peor de todo es que la orden que me dio Cristhian cuenta con un grado de tiempo, tengo cuatro mese para matar a todos aquellos que trabajan en el D'caffe Smolt. Uno por uno tiene que ser asesinado, y todo por venganza.

Flashback

El móvil sonó y Samuel pudo distinguir que se trataba de Cristhian, éste se preguntaba ahora que ocupaba.

Samuel cogió el móvil y contesto la llamada.

—¿Qué sucede, Cristhian?.

—Se me olvido mencionar algo en nuestra pequeña charla del otro día, te tengo que informar de algo, te doy cuatro meses para que acabes con cada uno de ellos. Si no lo haces, me veré obligado a asesinarte.

—¡¡QUE!!, ES MUY POCO TIEMPO PARA MATAR A TODAS ESAS PERSONAS QUE TRABAJAN AHÍ.

—No me interesa, tienes que ingeniártelas si es que no quieres morir.

Cristhian colgó la llamada.

—El único que terminará muerto serás tu, Cristhian.—Dijo Samuel apretando con una extraordinaria fuerza su móvil, en cada palabra pronunciada se descargaba una sorprendente cantidad de odio, haciendo que Samuel pensara en las más sádicas formas de matar a una persona.

Fin del FlashBack

No. No es cierto todo lo que dijo Cristhian. Creo que me veré en la necesidad de tener que matar a todos, menos a Guillermo.

No.

No lo puedo hacer.

No puedo matar a todas aquellas personas que trabajan junto a Guillermo.

No puedo matar a Guillermo.

¿O si lo puedo matar?...

—Deja de pensar tonterías, Samuel, no puedes hacer eso.— Dije poniendo mis manos en mi cabeza, apretándola por el dolor que me causaba la idea de matar a Guillermo, conteniendo las lágrimas que estaban a punto de salir.

Esto no lo esperaba. Esta noticia me tomó de sorpresa, el cual hizo que me bloqueara mentalmente y por consiguiente no fui capaz de buscar algunas alternativas para que todos salieran ilesos.

Tengo que pensar, pero no hay suficiente tiempo. Cada segundo es importante. Tengo que quitarme este obstáculo del asesinato.

Tengo que pensar en una decisión.

No puedo, por más que intento pensar mi mente no puede.

—Concéntrate, Samuel, tu puedes pensar, solo es cuestión de concentrarse.

Necesito un café, necesito de la presencia de Guillermo para tranquilizarme un poco.

Tomé la decisión de ir al D'caffe Smolt, pero esperaré un tiempo para ir justo cuando Guille haya terminado su turno. De momento tomaré una ducha.

El chico del antifaz || Wigetta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora