SETTE: Otra vida

716 93 30
                                    

Narra Guillermo.

Di una vuelta estando en la cama y me desperté. Desplacé mi mano para poder coger mi móvil y checar la hora. Eran las 7:00 am. Hoy empezaría con una nueva rutina para darle un cambio a mi vida.

Me quite las sábanas y me senté para que el sueño no me invadiera nuevamente, salí de la cama y me dirigí a la ventana y recorrí la cortina para ver como había amanecido afuera, al recorrer la cortina todo afuera era muy tranquilo, se era capaz de escuchar los cánticos de las diversas aves que vivían en los árboles, los árboles sonaban y construían una melodía agradable gracias al viento, hacia un clima perfecto para salir a la calle.

Después de contemplar aquella agradable imagen mañanera, acomode la cortina en su lugar y me dirigí a mi armario para ponerme ropa deportiva y empezar a realizar ejercicio en casa. Baje a la sala y empecé a recorrer los sofás para tener más libertad de movimiento a la hora de ejecutar mis ejercicios. Cuando obtuve el espacio necesario coloque una manta en el suelo y empecé a calentar mi cuerpo para que no sufra alguna lesión. Después de cierto tiempo calentando me dediqué a hacer flexiones, abdominales, sentadillas, entre otras.

Terminé algo agotado por el ejercicio de hoy, hace mucho que ya no tenía estás actividades en mi rutina, después de descansar un rato para que mi respiración se regulara me quite la ropa para ducharme y de ahí ir al trabajo.

Al salir de casa hacia un frío de la leche, saqué el móvil para ver a cuantos grados estábamos y vi que el móvil decía -3°C, guarde el móvil e introduje mis manos en los bolsillos y empecé a caminar un poco más rápido para no tener que soportar tanto frío por más tiempo.

Al llegar al trabajo todo ya había sido limpio y recogido por mis nuevos compañeros de trabajo. Saludé a todos y me coloque un mandil para poder empezar a trabajar sabiendo que hoy sería un día muy agetriado por el frío que hacia en la calle.

(...)

El reloj marco las 4:30 de la tarde y toda la gente se fue del D'caffè Smolt por que se cerraría por medio tiempo para que los empleados pudiesen comer y limpiar todo el lobby y las áreas de trabajo.

Todos se encontraban en el lobby comiendo y platicando, yo fui a la cocina a calentar lo que sería mi comida, al sentarme en el lobby con mis demás compañeros empezamos a hablar.

— ¿Y de donde son ustedes?

—Yo soy de Madrid, aunque mi madre es de Noruega.— Anunció Rubén.

—Lanita y Yo venimos de Andorra.— Dijo Luzu para después pasar su brazo por los hombros de su novia.

—Yo soy de Barcelona, de aquí, claro está.- Dijo sonriendo Miguel.

—¿Y que os trajo por aquí, chicos?

—Yo porque me aburrí de Madrid y quise cambiar de aires y me mudé acá por un periodo.— Dijo Rubén tocándose la barbilla.

—Nosotros dos nos mudamos aquí por que planeabamos vivir en Barcelona y pues necesitamos algo de dinero para salir adelante.— Dijo Lana, después dio un beso a Luzu y este se sonrojo.

—¿Y tu, Miguel?

—Necesito pasta para seguir pagando mis cursos de francés, así que decidí meterme a trabajar.— Dijo sonriendo.

—Pues Bienvenidos sean al D'caffè Smolt, será un placer trabajar todos los días con vosotros.

—Así es, amigos.— Dijo Jimena dándole unas palmadas a Guillermo en la espalda.

Seguíamos conversando sobre nuestras vidas hasta una voz nos interrumpió.

—Hola, chicos.

Y ahí estaba Gregory.

El chico del antifaz || Wigetta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora