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En lo alto del mirador, que delante nuestro deslumbra la centellante ciudad a lo lejos, admiro entre la penumbra la delicada silueta de Madi. Ha estado en silencio todo el rato... Aún no sé qué tema podría sacar a colación para que no se retraiga en sus pensamientos.

-¿Cómo fue en esa gira? - pregunta antes de que pronuncie algo. Noto que se aferra al tapizado del asiento con fuerza pero sonríe de forma grandiosa.

-Fue bien... De verdad, me hubiera encantado que se haya dado de otra manera... - antes de que pueda seguir hablando su mano se posa en mi rodilla.

-Está bien, sin rencores - sus zafiros me inundan por dentro - me alegra que haya sido tan buena como esperabas.

Su tacto sigue en mi cuerpo y por más que la tela del jeans nos separe, siento como el calor efusivo que irradia se queda en mi piel.

-Así que escritora, pelirroja - exclamo con vehemencia y aprieto una de sus pecosas mejillas. Su sonrisa se ensancha aún más y puedo vislumbrar un atisbo de alegría en sus ojos.

-Re loco, ¿no? - expresa con dejadez, su voz se pierde junto con la música que suena a un volumen considerado hasta que dice -: un escritor es la suma de sus experiencias... Es algo que leí en otro libro pero creo que estaba en lo cierto.

Percibo como mi corazón da un vuelco y se parte a la mitad. Cada palabra de esa última frase que ha dicho, me hace sentir como un monstruo... Y un maldito imbécil también. Sólo de haberla valorado un poquito más, en este momento estaríamos juntos como novios o algo así, amando lo que realmente somos en el interior cada uno... Sintiéndonos parte del otro, complementando todo el Kaden oscuro que soy por dentro y dejándole ver que sí existe la luz aún para alguien tan mierda como lo soy.

-Disculpá por todo lo que te hice pasar... Solamente fui un egoísta con vos y tenía merecido que no me incluyeras más en tu vida... - susurro casi inaudible pero sé que me ha escuchado cuando sus frágiles manos van directo a su boca para taparla. Observo como un par de lágrimas ahogadas ruedan por su pálido rostro y creo que me siento aún peor que antes.

-Pensé que nunca iba a escuchar de Kaden unas disculpas - se burla entre risas y llantos. Una imagen tan pero tan hermosa que me tengo que contener de no lanzarme a por sus dulces labios a devorarlos.

Vuelvo a contemplar el horizonte de invierno ante mí y la oscuridad en la que estamos cernidos. Un suspiro de Madi me devuelve a la realidad y caigo en que estado varios minutos en estado inmóvil.

-¿Tenes ganas de que fumemos? - inquiero con tranquilidad mas no inseguridad. Lo duda por unos segundos y asiente como sorprendida y a la vez curiosa... No puede ser que... - ¿¡hace cuánto no fumás!?

-Bastante, señor fumador tatuado - dice nerviosa revolviendo los dedos - bueno, desde que no te vi más...

Mi expresión debe ser graciosa porque la señorita pelirroja suelta una pequeña risita queriendo ocultarla. Lanzo un suspiro con diversión y abro la guantera para sacar el porro de flores armado hace unas horas... Siempre hay que andar preparado para una ocasión así.

Hago arder el porro entre mis dedos y deslizo todo el humo a los pulmones para poder pasárselo a Madi. Lo agarra y lo posa en sus carnosos labios pintados para darle una fuerte calada, se atorado y comienzo a reírme hasta las entrañas... Se aproxima a mí y de repente, se me paraliza absolutamente todo el cuerpo, expulsa la nube blanquecina enfrente de mi boca y no respondo a mis acciones.

La tomo por la nuca atrayéndola más a mí, opone una mínima resistencia mientras estudia mis facciones. Apenas si separo mis labios cuando es ella quién me come la boca con total seguridad y pasión.

Es bastante, por no decir muy fuerte, lo que siento en este preciso instante en que mi piel está extasiada por reconocer la suya. La calidez del beso me embarga todo mi ser, al igual que sigue siendo tan confortable como antes... O quizás aún más. No sé, es algo como que estaba buscando por mucho tiempo y que no sentía.

Es como que me acaba de dar un balazo en la cabeza pero con mariposas... Mi cabeza explota en mariposas por dentro. Es muy loco pero bueno es la única forma de describir lo que siento ahora. Supongo que algo tiene que ver con el porro que estamos fumando y el pantalón me aprieta nuevamente en las partes bajas.

Ojalá pudiera tener esta sensación con ella todos los días y a todo hora aunque no hablo solo de andar drogados sino de poder disfrutar de lo que es en su máximo esplendor para mí y nadie más.

Nuestro interminable pero arrebatador beso es desconectado cuando mi celular comienza a sonar con la estridente música de My Chemical Romance como tono de llamada y consigo ver el nombre de Luba en el identificador.

Cuando no la gente siempre jodiendo el momento perfecto...

Nocivo engañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora