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-Vamos - vuelve a repetir por quinta vez mi hermano.

-Dije que no, no tengo ganas de ir a esa fiesta porque no me gusta disfrazarme - exclamó lanzándome a la cama mientras él se cruza de brazos.

-Mejor más fernet para mí y le voy a decir a Madison que estabas descompuesto... Te dejo mi mochila con el disfraz que te conseguí por si querías ir.

-Como quieras, me da igual - susurro adentrando mi cabeza en las sábanas cuando Fabrizio se retira por la puerta de mi pieza. Se piensa que porque está ella voy a ir corriendo a un lugar apretado de gente, con la música zumbando en los oídos y el aroma combinado de alcohol, tabaco y marihuana rondando por los aires sin piedad... No estaba exactamente de humor para eso y lo peor de la manera en que volvería a mi departamento.

Van contados de reloj unos quince minutos y la transición se vuelve eterno y sin estímulo provocándome una oleada de terror en el cuerpo... ¿Celos quizás? Tampoco estoy dispuesto a aceptar una cosa así de parte mía pero es que me hubiera encantado verla disfrazada y preciosa riéndose de forma despampanante.

-¡Mierda! - resoplo con cada letra abandonando mis labios de manera venososa quemando todo a su paso. Busco la mochila que vi dejar a mi hermano en una de las sillas cuando llegó y saco un traje de vampiro y unos colmillos falsos... Intento acomodarme lo más rápido posible y me veo invadido por cómo llevar el pelo.

Capaz que si los retengo con algo podría peinarme hacia atrás y no me gusta verme así al espejo parezco un viejo con una muralla china de frente pero no hay de otra, creo.

***

Fiesta en casa de Jaime y todo el mundo enloquece por el integrante de mi banda. La gente está amontonada y el olor a cigarrillos es infumable de lo denso que está, quiero visualizar la cabellera rojiza pero ni rastro de ella aún... Una pequeña angelita se me aproxima bailando al ritmo de la música y arrimando su cuerpo al mío sin disimulo alguno.

-¿Cómo es tu nombre? - pronuncia la chica vestida de blanco con la aureola sobre el pelo negro azabache.

-Kaden...

-Hola Kaden, me llamo Violeta. ¡Bailemos! - arrulla cerca de mi oreja para que la escuche entre el sonido alto de las parlantes. Muestro una ínfima sonrisa plasmada en mi cara con el fin de que me deje tranquilo para buscar a Madison por algún lugar de acá hasta que la ángel entrelaza nuestros dedos y como por si fuera magia, la pelirroja se incorpora a mi lado.

-¡Qué hermoso Drácula! - grita a la vez que tira besos al aire y comienza a meterse en el medio diciendo: - este ya tiene dueña.

Me arrastra de la multitud hacia otro lado, contemplo su figura de guitarra cuando va por delante de mí y en como sus piernas son un sinfín de abrazos a mi cadera. Reparo en su disfraz y estoy babeando por la belleza de militar que me conduce de su mano, el short verde oscuro resalta su cola mientras que por debajo hay unas medias de red que hacen su piel más pálida, los borcegos le dan altura mientras que el top camuflado marca su cintura deseosa de mis caricias. Una gorra a conjunto, un par de armas falsas a los costados de sus muslos y un poco de pintura en sus mejillas son los accesorios que dan el puntapié a mis hormonas para dispararlas hacia las nubes.

-¡Estás preciosa! - comento pasando mi mano por su espalda para hacerla entrar en el baño que descubrí desde lo lejos cuando veníamos caminando hacia acá. Trabo la puerta y me zambullo en la suavidad de sus labios mientras me amolda a su cuerpo con cuidado... La giro rápidamente y hago que quede de rodillas sobre la tapa bajando con delicadeza la ropa que me impide hacerla mía.

Mis dedos se enredan en su cabello transmitiéndome adrenalina y la penetro de una deliciosa embestida mientras su cabeza se vuelve hacia atrás arrancándole gemidos al ritmo que llevamos. Con una mano le doy suaves pellizcos a su tersa piel que golpea contra mí y siento como se va impregnando de humedad cuando la tomo por la cadera aferrándola más a mí.

-Dame un beso - jadea cuando consigue arquearse levantando la cara para que nuestros labios se fundan en otra conexión de ambos cuerpos. La gorra de militar cae sobre su hundida espalda y desploma todo su cabello dándole escalofríos que se encuentran más apetecibles cuando la hago llegar al orgasmo seguido de espasmos maravillosos antes de que lo haga yo también.

-No me dejes, sos todo lo que tengo en esta vida - le susurro al oído antes de que salga de su posición. Me mira intrigada cuando acomoda su vestuario y prosigo: - estando a tu lado no me dan ganas de morir, sos mi cable a tierra entre tanta inestabilidad que hay en mi mente y me tranquiliza saber que solo siento eso si estás vos.

Me atrapa entre sus delicados brazos y riega un camino de besos en mi mandíbula subiendo hasta llegar a mi oreja.

-No te voy a dejar si te propones hacer las cosas bien entre nosotros. Acciones, Kaden, las palabras se van deteriorando con el paso de los días y es irreversible.

Acá en el baño de una casa en la que estamos de fiesta, me invade el deseo de hacerla feliz, de ser esa persona por la que se le iluminen los ojos y tener mi única salvación a mano, su amor.

N.A: he estado un poco ausente pero me estoy planteando si este final será eterno o no. Depende de cómo realmente esté de ánimo para ver si mi Kaden y mi Madison terminen juntos o no pero quiero saber qué piensan ustedes para decidirme del todo.

Nocivo engañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora