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Llego agitado golpeando la puerta porque Luba me ha dicho que se encontraba bastante mal y que el único contacto predecible que tenía era yo. Después de subir corriendo las escaleras un par de pisos supongo que el efecto del porro se ha bajado al mínimo. O quizás no, capaz me ha dado incluso más fuerzas para seguir... No me hagan mucho caso, sigo algo loco.

-¿¡Qué pasó!? - profiero cuando la puerta se abre y detrás hay una Luba en... ¿disfraz de coneja? No es exactamente lo que me estaba esperando.

-Hola bombón - exclama haciendo ademán con la mano para invitarme a pasar. Me pongo más recto en mi posición e intento agrandar mejor los ojos para saber si no es que estoy alucinando o algo parecido.

-¿Para esto me llamaste? - gruño entre dientes con la voz tan áspera como puedo ponerla. Me molesta pero no por el hecho de que se haya arreglado y llamado para verme un rato sino, porque, estaba esperando tanto el reencuentro con Madison que no quería que terminara nunca... Aún tengo el cálido sabor de sus labios impregnados en mi boca y eso confunde mi mente a mil.

-Bueno, sí... - murmura mirando hacia otro lado y cierro la puerta después de pasar al departamento. Mi cabeza se puedo imaginar un aspecto tan sombrío como el que me quiero dar para intimidar a Luba... Y de hecho, lo estoy haciendo porque se sienta casi tan retraída como una pequeña bolita en el sillón.

-Sabías dónde y con quién estaba por eso te encajaste un disfraz para que venga loco y te la quiera poner - digo con el enojo atravesando mis entrañas. Aunque de todas formaa, no sé cómo carajos es que he llegado a esa conclusión.

-Me dijo mi amiga... Ya habíamos hablado de que te iba a hacer olvidar de ella - anuncia moviendo las piernas de un lado a otro. Mi rostro se transforma en cero expresión y siento que la mandíbula se me va a descolocar... Bueno, sigo bajo algunos efectos de la marihuana.

-¿Tu amiga la que no le cabe como soy? - indago con una sonrisa falsa, hago un gesto en alusión a ella y pongo la voz aguda - esto es tan emocionante, vamos a joderle el rato a Kaden así nosotras nos podemos divertir.

Maldita Cindy. El odio ahora es mutuo.

-No te enojes, Ka...

-Soy Kaden, no Ka - refunfuño comportándome como un crío ya y cruzándome de brazos. Luba adopta una posición un tanto... bueno, se pone de rodillas sobre el afelpada sillón y me toma las manos. Consigue poner una mirada seductora pero no creo que eso funcione... Es decir, ¿esto sería como serle infiel a Madi? No... No estamos juntos, solo nos besamos pero estando ella no siento la necesidad de estar con alguien más.

¿Y si Madison ya tiene a a alguien y vuelve a serle infiel conmigo? Eso sería, en parte, muy genial porque me estaría eligiendo otra vez a mí pero a la vez no... La tendría que estar compartiendo como era antes cuando estaba con Samuel. Y eso hace que me hierva la sangre...

Es difícil de explicar si uno no vive la situación o si es que no se siente entre la espada y la pared. De ser así, debería escaparme, viajar, sentir otras sensaciones nuevas que no sean solamente de Palermo. Estaría genial pero no me dan ganas de ir solo...

Volviendo a la secuencia en la que me encontraba antes de perderme en pensamientos sobre la pelirroja, Luba me observa directamente a mis ojos inyectados de sangre y se me nubla la mente. Se pone de pie a mi lado para caminar hacia el reproductor de música y comienzo a escuchar un set de Popof.

-Dejate sentir por esos sonidos - su voz se convierte en un débil susurro sustituido ahora por una consola de DJ. Luba se enciende un cigarro y me contempla desde su lugar sin inmutarse.

Cierro los ojos y me dejo llevar. Mis manos van tomando el ritmo suave y adecuado, percibo la soledad pero me gusta y consigo sentir como la música se desliza por todos y cada uno de mis dedos hasta extraviarse de mi cuerpo.

Es muy loco y muy copado sentir eso. Es como si toda la piel supiera reconocer en donde está más cómoda. Los párpados me pesan pero aún así veo a Luba concentrada en lo que hago pero de una forma un tanto extraña... Visualizo demasiado cariño en sus ojos y eso me aterra. No quiero que intente cambiar mi enamoramiento, solo estoy con ella por una cuestión de placer y sonaría muy cruel decírselo, aunque puede que sea lo correcto.

La tomo por la cadera con sus brazos me envuelve la cabeza mientras que poco a poco se va quedando sentada sobre mí, sus dedos comienzan a recorrer con delicadeza mi cuerpo y noto como todo mi ser reclama a gritos a la pelirroja... Aunque me toque la parte más gruesa de piel que contengo, solamente ella lograría encenderme al máximo con tanta fogosidad como una hoguera de reyes.

Pero tengo concentrarme en que la persona que permanece entre mis brazos es Luba. No mi Madison... Y es tanto el deseo que tengo por ella que sería capaz de cualquier cosa así me lo pidiera.

Contemplo los ojos de la morocha que ladea la cabeza de un lado a otro y sus labios se pegan húmedos en mi cuello arrastrándose con un sinfín de besos y mordidas.

¿Cuándo será el día que solo pueda ser de una persona y no andar saltando de una en otra...? Me encanta esto de tener muchas chicas detrás de mí pero sería genial tener una sola de ellas que fuera para siempre... O por lo menos, lo que queda de mi vida.

Nocivo engañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora