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Me encuentro tirado sobre mi cama. La luz del día se va debilitando a través de las rendijas de la ventana a medida que entra cada vez menos y menos.

Ya no sé cómo estar. Encima la mente una y otra vez se enfoca en todo esto y no para por nada del mundo. Desbloqueo el celular y contemplo que poseo el número de Madison... ¿En serio nada es un sueño? O quizás, ¿una alucinación? Porque se siente tan real como falso y no me gusta en absoluto estar entre una cosa o la otra... Odio las medias tintas.

Ya no distingo la realidad y mientras más molesto me encuentro, más necesito consumir. Ni siquiera sé si lo que siento es un enojo conmigo mismo o, quizás, una tristeza hacia mi básico mundo exterior.

Camino hacia la cocina y logro a duras penas prepararme un café. Bebo con inquietud sorbo a sorbo y mientras me paseo sin rumbo dentro de mi casa.

Necesito despejar de alguna forma pero siento como que ya nada me sirve. Nada me sustrae, nada me paraliza ni hace que relaje mi mente...

Me coloco un jean gastado en las rodillas, una camisa roja y por encima, la campera de cuero negra. Tomo la llave de mi auto y cuando entro al lugar del piloto, hago rugir el motor al arrancar.

La música del estéreo solo está para mantenerme algo ocupado en eso hasta que llego a destino. Sumido en la oscuridad de la noche, comienzo a tomar todo lo que he traido en base a alcohol... No es exactamente vicio más favorito pero sólo a veces quiero que mi conciencia se termine de ir de mi cuerpo.

Contemplo el apagado tablero de mi auto y como gotas saladas se desprenden de mi mentón arrojándose al vacío.

-¿En qué momento empecé a llorar? - susurro a nadie. El eco de adentro del auto, hace que sienta aún más la soledad que empezado a sentir días atrás.

Como de un segundo a otro, mi cabeza se ha vuelto muy anti a todo y necesito estar conmigo mismo. Sin darme cuenta, he sido víctima de mí mismo porque he forjado mi propio destino siendo así como soy... De no haber arruinado nada y tampoco tirármela de macho alfa con las chicas, hoy tendría una hermosa mujer a mi lado, más tiempo con mi hermano que si bien no quería algo así pero me habría apoyado de todas formas, una familia un tanto desunida y pequeña pero tendría un gran de amor para compensarlo.

No obstante, me gustaría ahogarme en el llanto no reconocido y en el alcohol ingerido para ser libre de mí.

Y peor es que después de tantísimo tiempo cayera en la realidad asquerosa de la que vivo. Porque siquiera soy un peón miserable de las consecuencias cuando pensé ser el rey de las acciones.

Y eso... Duele. Te escarba hasta el más profundo recoveco de la puta alma y te hiere... Justo ahí donde nadie ve pero todos están protegidos.

He formado una fachada dura, carente de dolor y carisma y eso es lo que he obtenido de las demás personas. Quisiera tanto volver al pasado y arreglar ciertas cosas aunque no estaría en este momento ni en este lugar y tampoco estaría con las mismas personas.

Un silencio ensordecedor me cruza la mente. He quedado completamente en blanco y me merezco estar viviendo esto... He sido un mounstro en actitudes, sentires y mínimos detalles que me han sumergido en un Kaden desproporcionado en sí y su entorno.

Apoyo la cabeza en la cima del volante y dejo colgando la mano a un costado sosteniendo la botella de vodka de limón.

Estoy tan... No soy yo. Para nada... No me formé siendo un alma frágil debil e incluso solitaria. Desde el principio qué sé lo que quiero y necesito en mi vida y verdaderamente esta no es la manera.

El recuerdo candente de unos ojazos como el mar y el pelo ardiente de llamas se cuela en mi memoria. ¿La sonrisa entre las lágrimas es como el arcoiris en medio de la torrente lluvia?

Tengo que volver a ese tiempo cuando sí era feliz, cuando sentía el corazón latir y me alegraba de poder tener a alguien a quien ver todos los días sabiendo que esperaba ese momento al igual o tanto más que yo.

Pero no lo quiero hacer por costumbre sino por, una segunda oportunidad para hacer las cosas lo mejor que pueda. Aunque debo empezar por mí mismo primero para poder cambiar y reconstruir mi entorno.

Incluso el estar tan borracho ha hecho que piense más allá de lo que suelo hacerlo. Quiero ser alguien mejor y dejar mi marca en el mundo, cueste lo que cueste.

Quiero ser ese Kaden que brillaba por su luz y no por lo que los demás dijeran ni hicieran con él.

Le doy un buen trago cargado al vodka y tomo mi celular entre las manos. Observo un par de segundos o minutos, la miniatura de la foto de perfil de Whatsapp de Madi... Sí que es preciosa la muy hija de puta. Daría lo que fuera por volver a acariciar su piel de porcelana y sus curvas tan ostentosas.

Intento teclear un mensaje y se me hace algo dificultoso por la visión borrosa que tengo pero doy a poner lo justo y preciso.

Kaden: necesito verte :)

Visualizo los dos tildes al costado del mensaje y bloqueo la pantalla. Cierro los ojos... Sé que he perdido absolutamente toda la dignidad pero por ella vale la pena sabiendo que no va a haber respuesta alguna ya.

Me hundo en un mar de pensamiento ilógicos cuando el celular vibra entre mis manos y mi ser se sobresaltan al leer su nombre...

Nocivo engañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora