Nocivo engaño

21

Un poco de polvo de ángel y juro que estoy a la deriva sintiendo como la electricidad se propaga por mi cuerpo. Nunca sé por dónde voy ya y quizás, sólo quizás, puede ser que me guste no tener absoluta noción de nada porque la vida es una basura y bien mierda para cada persona...

Me encantaría saber qué hubiera sido de mí si nunca me hubiera metido al mundo de las drogas. Capaz era el hijo perfecto que mi madre esperaba, el novio ejemplar que regala cosas caras, la persona trabajando detrás de un escritorio con sus diplomas aprobados por diez, el hermano responsable, el hombre que no se mete con la mujer su primo, el tío presente que necesita mi sobrina... Seguramente cosas así no estaría enumerando ahora, quizás tampoco tendría plagada la piel con tinta, ni sería un cantante de rock, ni amaría el arte tanto como amo a Madison.

Tampoco estaría como un imbécil renegando con mis límites y la personalidad torpe y estúpida de pendejo que poseo. Qué a fin de cuentas, sé exactamente cómo soy y no hago nada para cambiar eso más que tener el deseo y no se construye nada por desear algo y no poner las manos al fuego.

Todo pasa por una reflexión de tira y afloje que yo mismo creo pero soy tan cabeza vacía que no progreso en mi vida personal. Al mundo soy el chico duro con tatuajes, su chica y metido en todo lo que envuelve la música pero a mi adentro soy sólo un débil niñito que no tiene en claro nada y lo único que hago es generar dolor a mi alrededor.

Como si de algo se tratara la vida, haciéndome creer que vine acá para cumplir una tarea o una misión pero siempre con las manos vacías, con la mirada perdida, el rumbo desorientado y los sueños cristalizados pintados de rojo escarlata cubiertos de humo.

Tanto frío es el que siento en el pecho que intento taparme con una colcha pero no se va. El producto de mi imaginación con mi corazón hundiéndose equilibradamente hasta el fondo dejando un ardor espeso y contemplando mi descenso. Las lágrimas gruesas y arrebatadoras concluyen con el fin de mi bajada haciendo que me tape la boca para no gritar de la angustia contenida en el interior.

Agarro el pequeño reloj de la mesa de luz pero se resbala de mi mano así que me inclino queriendo levantarlo para caer yo también al duro suelo.

-¡Mierda!

Apenas si soy dueño de mis movimientos consigo llegar al baño y abrir la ducha para hacer que corra con tibieza por mi espalda. Es tal la forma de golpear la pared que se me han rasgado los nudillos, mezclándose la sangre con el agua creando atisbos de daño en mi estar.

A duras penas, coloco ropa sobre mi cuerpo y tomo las llaves del auto además de las del departamento para dejar todo cerrado. Una esnifada más y estoy dispuesto a ir directamente a destino... A encontrar cara a cara las cosas y hacer frente a lo que se supone que tenga que hacerle frente y a morir en el intento pero dejando todo. Sabiendo que di todo hasta quedarme sin nada pero lo hice sin bajar los brazos.

Las luces de la ruta se convierten en asquerosos manchones amarillos y blancos resplandecientes para mi vista, los demás autos parecen borrones lentos de andar y el viento que se cuela sacude las entrañas de mi vehículo.

El cabello alborotado, la expresión dura, los ojos en pleno incendio y el andar meticuloso no es exactamente la apariencia más hermosa de la existencia pero aún así vengo a perderlo todo porque ya no tengo nada.

Hago sonar el timbre escuchando como el murmullo detrás se apaga con lentitud. Observó el pasillo poco iluminado deseando estar en otra situación hasta que la puerta se abre apenas.

-No creo que esté en otro lado más que acá - pronuncio con voz ronca haciendo paso a la duda.

-No hay nadie más que mi novio acá... ¿Qué te pasó? - pregunta Camila acomodando su melena fucsia. Noto algo de nerviosismo en su sistema cuando toma el picaporte y hace una barrera en la entrada con su cuerpo.

-Es inútil mentir, Camila - susurro gélido con voz tajante. Su mirada me punza desde lo lejos y chasquea la lengua queriendo intimidar.

-Es lo de menos si miento o no, Kaden pero drogado no voy a dejar que te acerques a ella - sentencia reacia a mi afirmación.

-Quiero decirle algo y me voy, lo prometo...

Solo necesito y quiero ver que está bien. Es lo único que me va a dar un aliento para reapuntar mis cosas y sostenerme de algún lado en el infierno en donde bailo.

-Solamente si ella lo quiere y después te borras de acá, suficiente tengo con consolarla porque vos le haces daño - dice la chica y siento como si me estuviera clavando un cuchillo con eso. Me hace pasar hasta el living y al rato vuelve seguida de Madison.

-Nena, por favor, me la mando siempre pero sos lo único que quiero en la vida - comienzo a ponerme ansioso a cada palabra - te quiero conmigo, te necesito...

-Demostralo - lanza el comentario como si de un yunque se tratara.

Podría haber quedado de piedra con la mirada azulada que me proclama un demonio pero me recompongo creyendo que es solo efecto del momento. Podría haberme tirado todo abajo pero nada más dijo un 'demostralo'...

Una oportunidad para una nueva ilusión en un corazón como el mío que no sabe de qué manera amar, destruyendo todo a su andar...

N.A.: no hace falta decir que escuchen el tema en multimedia y vean que tiene que ver mucho con el capítulo... Una beiesa es esa canción 💖