Posando uno de sus ojos en un Vicent sin camisa, de espaldas a la puerta. Elizabeth se da cuenta de que dé la espalda del muchacho salen dos grandes alas de plumas negras y casualmente una de las alas está rota a la mitad. La mente de la niña regresa en el tiempo recordando al hombre de la cueva y en un segundo su cabeza comienza a llenarse de suposiciones, pero los mismos mueren dando se cuenta de que la altura y contextura del hombre de la cueva no concuerdan con los de Vicent. Lo que le hace entender que el hombre de la cueva no es el único, que debe haber muchos más.
Elizabeth comienza a sentirse aturdida ante tantos acontecimientos sobrenaturales y ante el pánico comienza a cerrar la puerta con la misma delicadeza que la abrió para que el chico no notara su presencia dándose cuenta de que no noto si el ala rota era la izquierda o la derecha. El pánico y miedo que sienten son suficiente para impedirle abrir nuevamente la puerta para asegurarse de cual ala se trataba.
La pequeña camina aturdida por los enormes pasillos de la monumental casa, rezando porque pueda encontrar el camino de regreso a su habitación en ese estado catatónico y sin tropezarse con ninguna otra extrañeza. Después de caminar por algunos de los muchos pasillos sin rumbo, llega a la puerta de su habitación.
Entra en la habitación con un desespero de ver la llave y es lo primero que busca, encontrándola justo donde la dejo antes de salir. Debajo del colchón, el cual levanta con desespero, tratando de buscar paz en el pequeño objeto, pero antes de alcanzar la llave la pelirroja nota un fulgor rojizo que sale de debajo del colchón e ilumina parte de la habitación de un tono escarlata.
Ella toma la llave inmediatamente sacándola de su escondite, al levantarla enfrente de su rostro nota que la llave esta ilumina mitad roja y la otra mitad es dorada como el oro más brillante. Ese que refulge como el sol.
— ¿QUÉ ESTA PASANDO? — Elizabeth grita en su mente.
Elizabeth no aceptaba aún las cosas sucedidas la noche anterior: Llaves que brillan, un chico con alas negras y una rota. La chica con todas sus fuerzas mantuvo la calma mientras empaquetaba cada una de sus cosas. Mientras colocaba su mochila en la cama se dio cuenta que no le faltaban pocas cosas por recoger, observando por debajo de la cama, percatándose de que Vicent entra con una sonrisa.
— ¡Hola Elizabeth!
— ¿Estás lista?
—S....Si... ya sólo... me falta guardar mis zapatillas— dice la pequeña temblándole la voz—. Ve si Charlotte está lista, yo ya te alcanzo.
Sintió que el corazón le latía del miedo, porque no sabía que pasaría — ¿Cuál sería la reacción del chico si le decía que sabía su secreto? — Así que pensó que era mejor callar y no decir nada hasta que llegara el momento perfecto para confrontarlo.
Vicent haciéndole caso sale de la habitación en busca de Charlotte dejando a Elizabeth en un dilema interno mientras recogía los restante de su pertenencias.
Al terminar Elizabeth se encamina hacia la habitación de Charlotte pensando que ya se encontraría sola, pero al cruzar la esquina hacia el pasillo donde se encontraba Charlotte se topa con la figura de Vicent, las manos de la chica empezaron a sudar frío, pero ella mantuvo la calma y acercándose le dijo a ambos:
— Vamos con los exploradores, debemos partir de Las Ruinas.
Y así fue como los tres chicos salieron de la enorme casa que le había dado la bienvenida el día anterior para dirigirse a las afueras del pueblo y encontrarse con los exploradores quienes ya se encontraban preparados para un nuevo viaje.
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Elizabeth #ganadorDragonAwards2017
AdventureLuego de años de guerra, todos creían que ya había terminado, pero los dioses tenían otros planes... Con el nacimiento de ELIZABETH todo podría cambiar... Elizabeth una chica muy hermosa, pero con ciertas características que la identificaban en cua...