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-¿Seguro que estás bien? -preguntó con una sonrisa. Asentí- Kookie, estás cojeando... de verdad que intenté ser lo más suave posible.

-estoy bien, Jimin -le devolví la sonrisa- ¿Tú estás bien?

-estoy mejor que nunca -con su dedo índice golpeó la punta de mi nariz.

Esto me parecía un poco irreal. Realmente había pasado. Había perdido mi virginidad con Jimin.

La verdad es que si. Jimin había sido muy delicado al tratar con mi cuerpo. Claramente dolió porque wow, esta era mi primera vez y todo, pero sacando el dolor todo había sido muy lindo.

Aún me costaba creer que yo le gustaba. Parece un sueño.

-¿En la siguiente tenemos que bajar? -me preguntó.

-yo si, tú te bajas en la siguiente a la mía.

Aunque le dije que no era necesario que me fuera a dejar a casa él insistió todo el rato que nos quedamos en la fiesta. ¿Ahora se preocupará de mí más que antes?

Cielos Jimin, no soy una chica.

Pero eres de él y te lo dejó bien claro.

Supongo que seguimos siendo amigos después de esto ¿No?

Dos amigos que sienten la misma atracción por el otro pero que ninguno piensa dar el siguiente paso.

-te iré a dejar a tu casa -respondió- no lo discutiré más.

-¿Quieres ver como me golpean por escapar? -reí.

Pero a él no le causó nada de gracia.

-¿Te escapaste? -dijo serio- creí que habías pedido permiso... mierda, Jungkook, tú...

-yo me las arreglaré -lo interrumpí.

Toqué el timbre del autobús, me acerqué a la puerta para esperar a bajarme.

-¿Tú te las arreglarás? -levantó una ceja- ¿Cojo y aparte desculado te las arreglarás?

Desculado.

Golpeé su pecho con mucha fuerza.

Él de verdad que no deja de ser un idiota, eh.

-ya, ya, perdón -rió.

-como sea -bufé- te veo el lunes.

-¿Por qué te despides si todavía no estamos en tu casa?

-ya te dije que no me acompañarás, Park.

En cuanto el autobús paró me bajé y caminé rápido a pesar de mi cojera esperando a que Jimin no estuviera tras mío siguiendome pero como siempre me equivoqué. Él ya se encontraba uno o dos pasos atrás.

Que haga lo que quiera, solo espero si es que mi tía o su marido están despiertos esperándome por favor que no lo vean.

-¿De verdad no pediste permiso? -preguntó y negué con la cabeza- pero Kook... ¿Sabes lo peligroso que fue hacer eso?

-ya lo hice, ya no hay vuelta atrás -suspiré- al menos valió la pena la escapada... -le sonreí.

-¿Te he dicho lo tierno que puedes llegar a ser cuando te lo propones?

-ya, shh -reí.

Justo antes de entrar en la calle en que yo vivía le pedí que por favor me dejara hasta ahí por el bien de ambos. Al menos en eso me había hecho caso.

Antes de irse me dio un abrazo y plantó un pequeño beso en mis labios.

Éramos los únicos idiotas en la calle besándose a las 5:33 am en la madrugada del domingo. No había nadie más que él y yo.

-cualquier cosa me llamas -se separó de mí.

-¿Crees que me dejen llamar a alguien cuando esté en el infierno?

-no juegues con eso -golpeó mi brazo- de verdad me preocupo.

-estoy bromeando, Jimin... que dramático... deberías dramatizar más cuando me veas dentro de un ataúd.

-ya, basta.

No sé porque se molesta tanto. Ya sabe cómo soy.

Me alejé antes de que comenzara a darme un discurso de que no debería haber hecho eso, que debería pensar en las consecuencias de las cosas.

Sigo diciendo que se preocupa demasiado.

Tuve que pasar por arriba del enrrejado, mis llaves las había dejado en mi habitación porque primeramente no tenía planes de llegar a casa a una hora inoportuna.

Iba a abrir la ventana para poder entrar. Algo que en esta casa siempre estaba abierto aparte de las piernas de mi tía era la ventana.

Solo pude abrirla un par de centímetros para sentir la puerta abrirse.

Mierda.

-¿Jungkook? -una delicada voz femenina se hizo presente.

Giré mi cabeza. Yerin estaba en pijama apoyada en el umbral de la puerta.

-¿¡En dónde mierda estabas!? ¿¡Por qué mierda no avisas dónde vas!? -exclamó- les dije a mis padres que habías salido a comprar pero que ya volverías...

-¿Ellos están aquí? -pregunté.

-salieron... -respondió- ya sabes cómo son.

Entre con mi cojera. Tan solo le di un abrazo y seguí con mi camino hacia mi pequeña habitación.

-¿No me responderás en dónde estabas? -volvió a preguntar- ¿Por qué estás cojeando?

-estaba en una fiesta, Yerin -me di vuelta hacia ella antes de entrar a mi cuarto.

-¿Desde cuándo que sales a fiestas?

-¿Desde cuándo preguntas todo? -sonreí.

-mmh... ¿Por qué estás cojeando? ¿Te hicieron algo malo?

-nada que yo no quisiera -reí y entre a mi habitación.

IDFC ~ Jikook.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora