03 de marzo, 2012

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03 de marzo, 2012

Querido diario:

Ahora que tengo el conocimiento del mundo mágico estoy ansiosa por controlar mi magia. Rodolphus regresó dos semanas después y volvió a hablarme de Hogwarts y de la guerra mágica que allí tuvo lugar. Por su parte, también me otorgó libros sobre la mejor escuela de magia del mundo -ya que al parecer no es la única-, y aprendí mucho sobre ello. Y después de tanto tiempo buscando respuestas mi padrastro me lo contó todo; yo era la hija del mago mas temido de todos.

Lord Voldemort y su más fiel seguidora, Bellatrix Lestrange, eran mis padres, y efectivamente habían muerto en la batalla; aunque no de manera inocente, pues habían arrastrado consigo a muchas vidas.

Pero sus razones me dan una motivación, algo en lo que creer.

A pesar de que Rodolphus nunca vino a buscarme, confío en él y espero que me enseñe toda la magia que nunca aprendí en Hogwarts. Ahora si tengo una figura semi-paternal que me guíe, pero nunca podrá sustituir a mi verdadero padre.

A juzgar por como se estremece al escuchar su nombre en mis labios, Voldemort sigue inspirando temor. Algún día, cuando salga de aquí, todos harán lo mismo al escuchar mi nombre. Pero sigo atrapada a las puertas de la libertad, ¿por qué Rodolphus no me lleva con el? Se niega rotundamente, pues me obliga a permanecer aquí y estudiar magia por mi cuenta.

Volvió a prometerme que volvería; también me prometió, con todo el cariño en su voz que nunca pude distinguir, que nunca volvería a dejarme sola, pues al fin y al cabo soy su hijastra. Simplemente no creo en las promesas, pues son algo que se rompen tan fácilmente como se pronuncian.

Riddle's Memories. (#MAGICAWARDS2019)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora