XVI

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Nos quedamos absortos el uno en el otro. Kaneki acariciaba mi pelo mientras yo hacía círculos con mis dedos en su pecho. Estaba bien. Segura, feliz. No hablábamos. Solo se oían nuestras calmadas respiraciones al unísono.

Llamaron a la puerta, y sin abrir, se oyó la voz de Touka.

- Ya ha comido, y pregunta por ti.

Se refería a Ayato. Joder. Se me había olvidado por completo. 

-Debo ir-Kaneki soltó un bufido- Kaneki es mi amigo...

No contestó. Se levantó y se cerró en el baño. 

¿Por que no comprendía que Ayato era mi amigo? Sí, me besó... pero eso no quita que me preocupe por él.

Agité mi cabeza y una vez vestida fui hacia la habitación donde Ayato se encontraba. Estaba mucho mejor, prácticamente recuperado.

- ¡Hola!-sonreí pero él ni me miró- te veo mucho mejor.

- Debo irme-musitó- debo irme ya.

-No te vas a ir, aún no estás bien del todo y quien sabe a que horrores te enfrentas si vuelves a Aogiri... No voy a dejar que te vayas, Ayato. No quiero que te ocurra nada. Estas en peligro por mi culpa...

-Y volvería a hacerlo -susurró mirando al suelo.

-¿Qué?

- Natsuki, el beso que nos dimos en la celda... era sincero. Sabía que iba a morir y aunque me cueste reconocerlo, sin Kaneki no seguiría con vida. Pero no quería dejar esta vida, sin haberte besado, sin haberte sentido entre mis brazos... al menos una vez.

Me quedé helada. Sí, era cierto que yo no rechacé su beso, quizás por la misma razón: no quería morir sin besarle. Pero yo quería a Kaneki... ¿no?

-Ayato yo...-en ese momento entró Touka.

-Natsuki, ¿puedo hablar contigo un momento?

Asentí y salimos fuera de la habitación.

-¿Que coño vas a hacer con él? Porque conociéndote, no vas a dejar que vuelva a Aogiri.

-No lo sé aún... no voy a dejar que os hagáis cargo de él y mucho menos teniendo en cuenta que no le soportáis ni él a vosotros...

Ambas nos quedamos pensativas un rato. ¿Qué era lo mejor?

-¿Y si se va a tu casa?- se oyó la voz de Nishio al final del pasillo.

Nishio era un ghoul más camarero en Anteiku. No habíamos hablado mucho pero cada vez que hablábamos parecía un chico muy interesante e inteligente.

- ¿A mi casa?

-No es mala idea- susurró Touka.

- Es un lugar que está constantemente vigilado por nosotros, a parte Kaneki está las veinticuatro horas a tu lado... tendrás doble protección-continuó Nishio, encogiéndose de hombros- aunque cuando se entere probablemente entre en cólera- esbozó una sonrisa.

La verdad es que no era mala idea... así yo estaría el doble de protegida y Ayato también, no correríamos ningún peligro...

Pero Kaneki no iba a estar nada de acuerdo.

Suspiré mirando a Touka, quien se encogió de hombros y miré de reojo a Ayato, sentado en la cama de espaldas a nosotras. 

- Está bien...-musité y entré de nuevo en la habitación.

Me senté en la cama junto a él, que se tocaba el brazo algo nervioso. Se giró hacia mi.

- Ayato, vas a quedarte en mi casa-él frunció el ceño- es lo mejor, al menos por ahora. Aogiri no es seguro para ti, y no voy a dejarte en Anteiku.

Él suspiró y asintió.

Cuando terminé con él fui hacia la habitación de Kaneki, quien estaba ya vestido. 

-Kaneki yo...

-Ya me lo ha contado Nishio-me interrumpió- no es seguro para ti, Natsuki.

- ¡Claro que lo es! Además mi seguridad no es prioridad ahora, sino la de Ayato. ¡Está en peligro Kaneki!

- ¡¿Crees que me importa una mierda Ayato?!-dijo acercándose a mi, colérico- me importa una jodida mierda su seguridad, Natsuki. Quiero protegerte a ti, y meter en tu casa a un miembro de Aogiri que probablemente estén buscando para despedazarlo no es nada bueno. Además él no es como nosotros, él caza humanos Natsuki, él asesina a gente y se la come. ¿Y si le entra hambre y lo más cerca que tiene eres tú? No puedo perderte, Natsuki, no me perdonaría que te pasara algo de nuevo, no quiero estar sin ti.

Terminó la frase con los ojos llorosos. Yo, sin saber que decir me quedé mirándole y él me atrajo a su cuerpo. Me abrazó acariciando mi pelo, como intentando protegerme. Lo que él no sabía es que no iba a poder evitarme esto siempre. Ahora sabía de este mundo, y ya no era una presa más de un ghoul sediento de sangre, era LA presa. Era la "chica" de Kaneki, por la que Ayato había traicionado a su gente y la chica, además, que había salido con vida de Aogiri llevándose con ella a uno de sus miembros. Comprendía el miedo de Kaneki, pero no podía evitar que estuviera en constante peligro después de todo.

- Kaneki -susurré y él se separó de mi cuerpo, mirándome- Ayato es mi amigo, me salvó  en su momento, y le debo esto como mínimo. Entiendo tu preocupación pero, pasamos prácticamente el día juntos y todo Anteiku me protegerá, lo sé- esbocé una pequeña sonrisa que pareció aliviarle tensión a Kaneki- además, estando también con Ayato, no me faltarán guardaespaldas -reí acariciando su pelo y él suspiró- No vas a perderme, Kaneki.

Él aparto el pelo de mi cara y atrayéndome a su cuerpo me besó. Quizás todo esto era una locura y no debía hacerlo. Quizás Kaneki tenía razón.

Pero la decisión, estaba tomada.



Watashi o sukuimasu (Tokyo Ghoul)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora