XXI

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El plan propuesto por Nishio no tardó en ponerse en marcha. Ayato se marchó al poco tiempo de comenzar con los preparativos. No tenía gran cosa que llevarse y era la mejor forma de ocultarle y que yo pudiera aparentar normalidad por un tiempo antes de mi traslado. 

En Anteiku ya lo habían organizado todo. Yomo se trasladaría a mi casa, haciendo ver desde fuera que yo seguía allí como normalmente. Touka iría habitualmente, para llevarle comida y mantenerle al tanto de la situación, ya que no podría salir para no descubrir la tapadera. Por otro lado, Nishio sería el encargado de traernos comida, ropa y lo que pudiéramos necesitar. Nadie más estaría en contacto con nosotros, ni sabrían la localización exacta del lugar, a excepción de nosotros tres.

Con respecto a mis estudios, los exámenes comenzarían en poco más de tres semanas, por lo que Nishio se encargaría de llevarme hasta la universidad  los últimos cinco días de clase antes del periodo en el que podemos quedarnos en casa a estudiar. Suponía algo de peligro, puesto que no sabíamos cuanta información tenía Aogiri sobre mi, pero sería aún más sospechoso si e vigilasen y yo no apareciese por allí justo en las últimas horas lectivas antes de los finales. 

Y tampoco activaría las alertas de Nanami. Había pasado unas semanas algo huidiza con ella, evitando hablar de mi vida personal o dándole excusas para no hacer planes juntas o en mi casa. Entre todo lo ocurrido y que Ayato había estado en mi casa, había dejado de prestar atención a mantener mi vida fuera de este tema estable y sin levantar ninguna sospecha. Visto lo visto, nunca sabes cuando alguien va a ser un ghoul y de que organización. Vaya jaleo.

Dejé todo mi equipaje preparado y me arreglé un poco. Había quedado para cenar con Nami en su casa y pasar la noche juntas. Aún no había pensado que decirle con respecto a mi comportamiento reciente, pero suponía que me inventaría algún drama familiar, ya sabe que alguna vez he tenido situaciones complicadas en ese ámbito, será creible.

Suspiré.

No me gustaba mentirle. Pero esto es más grande que yo, mucho más de lo que pueda controlar. Y contarle algo no solo es exponer a muchas personas, sino también a ella, a que puedan utilizarla contra mi o ponerla en peligro. Ni hablar.

En ese momento llamaron a mi puerta. Yomo venía a por mi equipaje para llevarlo a la casa y no generar demasiado movimiento a la mañana siguiente. Abrí la puerta.

- Hola Yomo, muchísimas gracias por todo - me hice a un lado dejándole pasar. 

Yomo me dedicó una breve sonrisa y pasó dentro comenzando a meter en su coche las maletas.

- No hay de qué.

Yomo no hablaba mucho, al menos conmigo. Nunca había sido borde o irrespetuoso, sencillamente serio, pero muy agradable. No tenía muy claro su papel en Anteiku pero siempre estaba en todo y cumplía cada orden. 

- ¿Tienes las llaves? - Yomo me miró extendiendo su mano. Yo le miré por un instante y saqué mis llaves de repuesto de un cajón del recibidor.

- Aquí tienes, la grande es la de la puerta principal y la otra es la de la puerta trasera. La más pequeña es la del buzón, no suelo recibir gran cosa pero por si acaso - sonreí y le dejé las llaves, de las cuales colgaba un pequeño llaverito con una luna.

Yomo me llevó hasta casa de Nanami. Su casa no estaba muy lejos de la mía, pero era más seguro de esta manera. Él se iría a dejar mis maletas y volvería a mi casa para ya quedarse y seguir con el resto del plan. Me despedí de Yomo agitando la mano, a lo que este me dedico una educada sonrisa como despedida. 

Llamé al telefonillo del portal de Nanami y respondió con un chillido estridente.

-¡¡¡Noche de chicas!!! - se escuchaba decir a través del telefonillo acompañado de sonidos de emoción. Que escandalosa es esta chica siempre. Reí ante su reacción y subí las escaleras hasta su piso.

Me recibió con un margarita de melocotón y un abrazo. Se notaba que había echado de menos pasar tiempo conmigo y que había puesto todo su empeño en pasar una gran noche con su mejor amiga. Acepté el margarita y le devolví el abrazo sonriendo y animando un poco más (si era posible) su emoción por la noche.

Terminada la gran bienvenida, ubiqué mis cosas en su habitación, que había preparado con un par de colchones, almohadas y mantas para dormir juntas. Volvimos al salón y me senté junto a ella en el sofá para disfrutar de nuestros margaritas. Ella comenzó a ponerme al día de sus cosas, de como iba con ese chico con el que empezó a salir, Yukine, y como iba avanzando la cosa. Me transmitió lo indignante que le parecía no habérmelo podido presentar aún y le prometí una quedada exclusiva para eso después de exámenes.

- Y hablando de ese tema... - Nanami sonrió mirándome mientras daba vueltas en la copa a su margarita- ¿tú no habías conocido a un chico?

En ese momento lo recordé. Cuando pensaba que esto iba ser tan solo una anécdota, le conté sobre mi primer encuentro con Kaneki y también le hablé de él. Pero no le dije que ese primer encuentro con un ghoul que decía querer ser mi protector, fue realmente con Kaneki. Enrojecí prácticamente instantáneo. No por mi relación con Kaneki, pero los nervios me comían. Tendría que haberme callado, ¿qué improviso yo ahora?

- Ah sí... bueno la verdad es que...-bebí de mi copa buscando ganar tiempo. No iba a poder ver a Kaneki en un tiempo, y realmente después de todo... ¿qué debo contarle? ¿cómo podría haber enlazado la historia sin contar ninguna de las partes en las que un ghoul intenta matarme a mi, a Kaneki o a Ayato...? ¡Ayato! ¿le cuento sobre Ayato? ¿o solo enrredo más las cosas?

Mi cabeza debía estar echando humo porque Nanami me miró con confusión para después espetar:

- A ver, ¿pero habéis follado o no? - sonrió levantando una ceja. A veces se me olvida lo directa que es y los detalles que puedo darle para dejarla tranquila sin contar demás.

- Sí - reí y ella me miró abriendo los ojos sorprendida para reír junto a mi- solo fue una vez, realmente es un poco complejo, pero vamos poco a poco. Tampoco es nada serio realmente.

Decir esas palabras me provocaron una punzada en el pecho. No me faltaba razón, pero el pesar de haber hecho daño a Kaneki con esa misma afirmación aún tenía su efecto en mi.

- Vaya vaya... veo que mantienes tus opciones sobre la mesa -Nami dio una carcajada y se terminó de trago su margarita, sirviéndose otro- ¿y Ayato? ¿o eso solo fue un muy casual reencuentro? -me guiñó el ojo, supongo que nunca creyó que entre nosotros solo hubiera amistad. Aunque yo no lo metí entonces cuando se lo afirmaba, ahora mismo tenía razón.

- Bueno él... él y yo, hemos tenido... algo - dije torpemente a lo que Nanami me miró incredulamente levantando una ceja- no hemos follado Nami, pero sí ha habido cosas. Vamos despacio también, no es

-Nada serio -terminó Nami mi frase antes de que yo pudiera hacerlo- vamos lo que digo, mantienes tus opciones sobre la mesa - se inclinó sobre la mesita del salón para servir más cóctel a mi copa.

-No lo sé... -suspiré- no lo siento así -Nami me miró con la cabeza ladeada, cual perrito intentando entender- Otras vez he estado así, conociendo y viendo a varias personas y no me sentía como ahora. Ahora sí creo que hay algo genuino en estas dos relaciones, algo dentro de mi, pero no soy capaz de decidir. Ambos sentimientos son importantes, ambos están aquí... de alguna manera - dije señalando mi pecho mirando a Nanami quien parecía más confusa que al inicio- ¿tiene sentido?

Nanami se encogió de hombros y levantó su copa.

-Bueno brindemos porque si no tiene sentido ahora lo tenga pronto -rió animándome a hacer el brindis, sus mofletes ya estaban empezando a enrojecerse. Me da a mi que ella empezó la noche algo antes que yo, y llevaba alguna copa más que el margarita con el que me recibió. Sonreí con su comentario. Sabía que intentaba apoyarme, pero sin meterse demasiado. Lo agradecí.

Brindé con ella y continuamos con nuestra noche. Seguimos bebiendo y pedimos algo para cenar. Hablamos con Yukine por videollamada y vimos un par de pelis hasta que el alcohol y el sueño hicieron efecto en nosotras en la madrugada y acabamos yéndonos a dormir. 

Esperaba que esto bastara para no preocuparla, para no ponerla en peligro, para que estuviera bien. Había organizado esta quedada como parte de un plan mucho más grande. Pero yo también necesitaba algo de normalidad, sin peligros y puramente diversión. Necesitaba a mi mejor amiga.

Watashi o sukuimasu (Tokyo Ghoul)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora