Desperté con los primeros rayos de sol de la mañana. Me gustaba dormir y poder descansar ya que quedaban escasos tres días de las vacaciones. Me giré y pude comprobar que Kaneki ya no estaba. Había dejado una pequeña nota en mi mesilla
"Voy a por el desayuno para mi y para Ayato. Hoy trabajo, así que no te veré hasta la noche. Ten cuidado. Te quiero.
Kaneki xx"
Me estiré y salí de mi habitación directa a por un café. Una vez hecho, lo serví en dos tazas, otra para Ayato, pero para mi sorpresa, seguía dormido. Me asomé a su habitación y le vi descamisado, con su pelo revuelto y en un profundo sueño.
Inconscientemente me mordí el labio. Ayato siempre me había parecido un chico atractivo y sexy. Mucho. Recuerdo que cuando era pequeño, a todas nos gustaba.
Sacudí mi cabeza evadiendo esos pensamientos. Y sin darme cuenta, Ayato estaba despierto.
- ¿Ahora me espías mientras duermo? ¿Tan poco te fías de mi? -dijo con su voz de recién levantado sonriendo.
-¿Eh? ¿Que? ¡N-no! Es decir, te traía el desayuno.-sonreí ofreciéndole la taza de café.
-Bueno, la parte "humana" del desayuno -rio cogiendo la taza- gracias.
Yo sonreí mirándole, casi embobada.
En ese momento llamaron a la puerta, era Kaneki.
-Buenos días-susurró cuando entró agarrándome por la cintura.
-Hola- sonreí.
Dejó un corto beso en mis labios y se acercó a la habitación de Ayato.
-Tu comida-dijo, dejando de mala gana una bolsita en su cama.
Me molestaba mucho ver como ambos se odiaban tanto. Para Kaneki, Ayato era un peligro constante y para Ayato, Kaneki era el chico que le había quitado a su chica. Que desastre.
Cuando Kaneki se marchó Ayato se puso a comer. Ya que quedaban pocos días sin la ansiedad propia de las clases así que decidí pasar parte de mi día con él. Prácticamente no sabía nada de su vida después de perder el contacto.
Una vez que terminó su desayuno, me senté en la cama a su lado y le miré curiosa. Como he dicho anteriormente, es un chico muy atractivo pero ese halo de misterio es lo que realmente atrae, se ve que no es un chico sencillo a simple vista.
-Bueno-dije, cortando el silencio a lo que Ayato me miró- hace mil años que no sé de ti.
-¿Qué quieres saber?-me miró atento.
- No me gustaría hurgar en la herida... pero desde que vuestro padre desapareció, no supe más de vosotros. Los rumores decían que os mudasteis, que os acogieron otros familiares y otras cosas peores... Yo era una cría entonces y a día de hoy no sé que pudo pasar.
Ayato sonrío melancólico mirando hacia otro sitio, con la mirada perdida.
-Mi padre, Arata, era un buen hombre. Siempre quiso que viviéramos en paz con los humanos. Él era un ghoul y nos cuidaba a mi y a mi hermana de la forma más "humana" posible, incluso nos instaba a comer alimentos humanos y a vivir de un forma convencional. Hasta que un día desapareció sin dejar rastro. Obviamente mi hermana y yo quedamos desprotegidos. No conocíamos a ciencia cierta como vivir en este mundo, éramos pequeños y además, completamente distintos. Se nos veía como asesinos y ni siquiera lo sabíamos. Touka y yo buscamos ayuda, alguna forma de saber que había ocurrido con nuestro padre. Sabíamos de la existencia de las palomas, pero no habíamos dado de frente con una de ellas nunca, hasta aquel día. Nos tendieron una trampa, y casi morimos allí mismo. Anteiku nos acogió a mi hermana y a mi pero, no podía soportar estar allí. Le tienen un respeto a los humanos que yo jamás tendré. Ese respeto por la vida de unos seres que tienen cero conciencia de nuestra sociedad y modo de vida... -Ayato suspiro con rabia- me deshice de ellos en cuanto pude. Sin embargo mi hermanita, nunca lo vio así, siempre miraba con bondad a esos seres que le habían arrebatado la vida a su padre, que nos habían quitado nuestro pacífico modo de existencia, sin pudor y sin compasión. No hacíamos daño a nadie, éramos felices. Desde el día que me marché, juré que ningún humano volvería a destrozarme nada, ni a mi ni a quien me importarse. Tiempo después Aogiri me encontró y reclutó, con un modo de ver la vida adaptado a lo que pienso, a la sed de venganza que aún busco.
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Watashi o sukuimasu (Tokyo Ghoul)
FanfictionTras la apariencia de chica tranquila de 23 años y unas notas excelentes, Natsuki oculta varios secretos. Unos más peligrosos que otros. A todo esto se le sumará decidir entre lo correcto, lo conocido o lo que le queda por conocer. [Aclaración: esta...