Capítulo 10.

1K 93 5
                                    

"Ni la ausencia ni el tiempo son nada cuando se ama". Alfred de Musset.

***

Sus ojos están fijos en los míos mientras yo me encuentro con la boca entreabierta, escuchando a Hugo llamarme desde el otro lado de la línea. Aarón frunce su ceño levemente y se cruza de brazos, recordándome por unos segundos nuestra relación hace dos años.

-Hugo, luego te llamo que me acaba de pasar una cosa – Aarón eleva sus cejas por unos segundos.

-Vale – acepta y intuyo que tiene su ceño fruncido -. ¿Va todo bien?

-Luego te cuento, enserio.

Cuelgo antes de que diga algo, guardo mi teléfono en el interior de mi chaqueta y me cruzo de brazos también. A pesar de tenerlo enfrente de mí, no doy crédito alguno.

-Hola, Aarón.

Normalmente me acercaría y le plantaría dos besos en las mejillas, pero estoy en un estado de shock que no sé como a penas puedo hablar; desde nuestra ruptura no lo había vuelto a ver, y por aquel entonces pensaba que Córdoba era enorme...

-Hola, Melissa – sus ojos no dejan de estar fijos en los míos -. Cuanto tiempo.

Asiento, algo incómoda.

-Sí, la verdad – rasco mi nuca y miro a todos lados menos a él -. Justo ahora me has pillado cuando me iba a casa.

-¿Vienes del gimnasio?

Recorro con mis ojos su rostro por unos instantes, percatándome de lo que ha cambiado y lo guapo que sigue. Mi mirada color miel se centra unos segundos de más en sus labios, transportándome por un corto periodo de tiempo a cuando tenía quince años y le besé por primera vez.

-Sí – afirmo y me percato de que he sonado bastante cortante.

-Bueno... - baja su mirada al suelo y vuelve a alzarla para sonreírme, acortando la distancia y besando mi mejilla -. Nos vemos pronto.

Por educación, le devuelvo el beso y doy un paso hacia atrás, sonriendo sin dar a mostrar mis dientes y agitando mi mano a modo de despedida, volteándome y caminando a paso rápido.

Cuando he avanzado unos metros, me giro y le veo de espaldas esperando a que el semáforo se ponga en verde. Me paro y suspiro, dándome cuenta de lo acelerado que tengo el pulso y lo surrealista que ha sido la situación para mí.

Al recomponerme un poco, emprendo de nuevo camino hacia mi casa, durante el trayecto, escribo un mensaje en el grupo que tenemos Alexia, Sandra y yo:

Melissa: Me acabo de encontrar a Aarón.

***

-¿Aarón? – frunce el ceño y mira por unos segundos al frente. Sus ojos saltones se ponen de nuevo en mí y asiento - ¿El chico aquel con el que saliste hace un tiempo?

-Ajá – llevo la pajita a mis labios, sorbo el mojito y me posiciono de una manera mejor en la silla de aquella terraza -. Pues me lo encontré, y lo peor es que no supe cómo reaccionar. O sea, hacía dos años que no lo veía y ha sido de repente... ¡y, joder!

Hugo ríe ante mi expresión.

-Ya, te entiendo – coge un montadito y lo lleva a su boca -. Si me encontrase de nuevo a Leire o a cualquiera... ¡Uf! No sé qué haría.

-Saludar – digo con obviedad -. Independientemente de que sea tu ex, hay que ser educado.

El chico de pelo rapado asiente y yo sonrío cuando le veo hacer una expresión extraña en su rostro. Mientras bebe de su vaso, me planteo sacar el tema y contarle que perdí la virginidad con Aarón; también incluyendo el por qué aún siendo amigos no se lo conté.

Me armo de coraje suficiente, diciéndome que tampoco es algo de gran importancia y tan solo quiero que lo sepa porque desde que estamos juntos nos hemos abierto más y yo quiero que lo sepa. Se me queda mirando por unos segundos, y creo que es consciente de que le tengo que decir algo.

Frunce su ceño.

-¿Qué pasa? ¿No voy bien peinado?

Reímos.

-Quiero contarte una cosa – él alza sus cejas a modo de continuación -. Tú sabes que no hemos quedado, desde que empezamos a salir, nunca en ninguna casa, ¿no? – Hugo asiente – Es que... Mira, no quiero que te cabrees por no haberlo sabido durante tanto tiempo; yo... a veces he pensado que lo sabías, así que no te dije nada.

-¿De qué?

-Que ya no soy virgen – no susurro ni me tiembla la voz. Me es indiferente si alguien me escucha y se gira sorprendido por el rumbo que ha tomado la conversación. Hugo tampoco se inmuta -. La perdí con Aarón cuando salimos, pero cuando en Londres salí con el chico aquel y viste aquella foto de nosotros dos en un espejo pensé que ya te lo ibas intuyendo o algo. Aún así, me he dado cuenta de que no y me gustaría que lo supieses.

-¿Y lo sabían los demás? – asiento - ¿Y por qué yo no?

-En aquel momento porque seguro que me dirías algo como: "Melissa, ¿pero qué haces follando con 15 años?" o "Seguro que solo te quiere para sexo." – me encojo de hombros -. Luego, pues no sé, ni me había planteado contártelo hasta que hemos empezado a salir.

-O sea, que he sido el único tonto del grupo que se pensaba que todavía eras virgen – asiento -. Joder... Bueno, no me voy a cabrear, la verdad. Sí que me jode haberme enterado más tarde pero mejor antes que nunca – reímos por lo bajo -. Gracias por contármelo.

-No me des las gracias, de verdad – comento removiendo la pajita, le miro y sonrío -. Y tú, ¿lo eres?

Asiente y yo hago lo mismo.

-¿Tenías dudas?

Mi risa me delata y Hugo niega con la cabeza abatido.

-Nunca he podido hacerlo, la verdad – me toma la mano. Se encuentra enfrente de mí, ladeando su cabeza con una sonrisa -. Siempre he querido perderla contigo, aún así he tenido oportunidades pero...

-¿No se te levantaba? – pregunto de la nada, provocando que él se revote debido a mi atrevimiento. Yo bajo la mirada avergonzada – Oye, que no hace falta, eh. Se me ha salido solo.

Hugo mueve la cabeza, restándole importancia.

-A veces me pasaba eso, y otras... No sé, Melissa... Yo tenía tan claro que quería perderla contigo que comparaba a todas y la situación en la que me encontraba que no podía ni quería.

-Eso es tierno en cierta manera – le dedico una sonrisa y el chico de pelo rapado asiente.

Mi móvil, que se encuentra encima de la mesa, vibra y salta una luz verde indicando que la notificación proviene de Instagram. Frunzo el ceño y Hugo se recuesta en la silla dándome, en cierta manera, privacidad para que mire mi móvil.

-Aarón me ha empezado a seguir y me está llenando de likes la cuenta.

No doy crédito alguno.

Tú,  Hugo. [Parte 3]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora