Hanarezuni soba ni ite / Sólo quedate a mi lado (Yuri On Ice)

S Ó L O U N P O C O M Á S...

Por favor, reproduzcan la canción que les dejo para que disfruten más la lectura, gracias :D

Si quieres que una canción que te guste aparezca en los siguientes capítulos, comenta aquí :D y si no,  seguiré poniendo las mías xD

—¿Por qué no vas a patinar un poco más? Cuidaré de tu hijo, de seguro es la primera vez que se coloca los patines —y ambos comenzaron a reírse como si fuera un chiste para mí.

Antes de que se fuera, ella me miró tranquila y sonriendo asintió para luego irse a patinar.

Mientras yo, miraba aquel hombre que parecía cercano a mi madre. En sus ojos pude notar el cansancio y la preocupación, como si la vida le hubiera dado los más fuertes golpes.

—¿Qué edad tienes? —preguntó viendo que mi madre se encontraba al otro lado de la pista. Como si vigilara para que nadie lo escuchara.

—¿Por qué debería decir mi edad a un viejo desconocido? Mi madre lo conoce pero yo a usted no—gracias a mi padre, me enseñó que debo ser desconfiado con todos, incluso si me veo en apuros, tengo que lastimarlos. Porque la vida es para los más fuertes.

—Anda —extendió su mano frente a mis ojos, ofreciéndola como un apoyo—, has venido a patinar, ¿no es así?

No comprendo, a pesar de haber sido grosero con él, me da su mano como ayuda.

—¡No la necesito! —y di un paso, olvidando que estaba sobre el hielo. Caí de cara contra el suelo frío.

—¡No seas testarudo, maldito mocoso! —comenzó a regañarme. Me quedé atónito. Incluso las ganas de llorar habían desaparecido—. ¡No te conviertas en la sombra de tu padre!

¿En la sombra de mi padre...?

Yo no...

Jamás, yo...

...

Bajamos del auto sin decirnos una palabra. Ni siquiera podía pensar en los sentimientos de Katia.

En mi mente rondaban dos preocupaciones, a mi preciado Yuri y mi hermoso hijo.

Mi padre ya sabe sobre su existencia e incluso con todos los contactos que tiene puede que sepa que está embarazado, y más aún, podría hacerle daño con tan solo dar una orden.

Me siento tan impotente, no sé qué hacer. Realmente no lo sé.

¿Hace cuánto tiempo que estoy aquí y no he podido hacer nada?

—Victor... ¿me odias? —preguntó Katia con una voz débil, como si estuviera a punto de quebrarse—. ¿A caso es un pecado el haberme enamorado de ti?

—Katia...

—Te conozco, sé que este no eres tú. Pero por alguna razón... ¿A caso te has enamorado de alguien más?

—No tengo ganas de hablar de eso...

—¿Sabes? Como todas las personas que han pisado la tierra alguna vez, han hecho de todo por tener a la persona que amamos... porque así somos, los humanos somos tan egoístas y ambicioso que dan miedo en que se pueden transformar... Sabes que en esta vida hay dos tipos de personas, ¿no es así, Victor? Los más fuertes son los que sobreviven... ¡A VECES TIENES QUE HACER SACRIFICIOS! —y se lanzó contra mí, para llorar sobre mi pecho.

—En cierta forma, tienes razón... las personas somos muy egoístas y ambiciosas, eso es algo innegable pero, los sentimientos y porque lo haces son diferentes —La separé de mí, con la mirada sin vida. Todo, tengo que recordar una vez más porque me fui de casa, hay algo que olvidé—. Hay que hacer sacrificios, ¿no es así?