N O E S U N A I L U S I Ó N.

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—Doctor —necesito respuestas, no puedo quedarme así, nada más—. Por favor dígame, ¿por qué a mí?

—Muchas veces lo relacionamos con cuestión genética, otras, por simple deformación del feto —el doctor mostró la hoja en la que estaba escribiendo, había echo un boceto del cuerpo humano—. Los hombres que pueden embarazarse no es más porque poseen ambos aparato reproductores, por supuesto no son considerados como hermafroditas.

Señaló con la pluma la parte de estómago, bajando a donde estaría el ombligo, rodeando esa parte en varios círculos.

—Según estudios que se han hecho... no es como un vientre. Posee un solo óvulo y ese pequeño "saco" puede mantener los nueve meses al feto sin problemas. Cuando nace se le es extirpado aquel saco y la persona puede seguir con su vida normal —me miró para mirar a Victor.

—¿D-de verdad no hay riesgos? —quise asegurarme.

—No exactamente —comenzó a formular la receta—. Es necesario que venga a hacerse chequeos constantemente, al fin de cuentas es un embarazo, así que posee el mismo riesgo que todas las mamás.

Nos entregó la receta y algunos sobres que contenían los ultrasonidos. El doctor nos acompañó a la puerta.

—Felicidades, cuidese y los veo dentro de mes y medio —fue todo lo que dijo.

Victor y yo caminamos en silencio hasta llegar a un pequeño parque donde casi no había gente. Nos sentamos en una banca, mientras bebíamos un zumo de naranja. Ninguno decía nada, esto realmente me sorprende.
Pero, tengo miedo. Yo, me haré responsable del bebé, al cabo que yo estoy embarazado. Pero, ¿Victor? De seguro no se querrá hacer responsable de él, no estamos casados y arruinaría su reputación.

—Yuri —habló por fin Victor—. ¿Qué opinas de... eso?

—Y-yo... —¿Qué opino? No sé, ni siquiera puedo pensarlo, no tengo mis ideas claras—. Si tengo que definir aquella noticia con una palabra sería... ¿irreal?

—¿Piensas tenerlo? —asentí inmediatamente, sin saber si había visto mi respuesta—. Yuri, yo...

—Victor —lo interrumpí, no quiero saber su respuesta. No quiero atarlo a mi de esta forma—. No es necesario que te hagas cargo, al fin de cuentas yo soy el fenómeno que quedó embarazado, no quiero arruinar tu imagen, eres importante para mí y...

Fui callado por un beso, Victor había tomado mi nuca con su mano. Me abrazó rodeando mi cintura, podía oler la colonia de Victor, aquella que respiro por las mañanas.
También quería tocarlo, pero tenía miedo a que de un momento a otro me rechazara.

—No saques conclusiones apresuradas —susurró a mí oído—. Debo admitir que estoy bastante sorprendido, consternado y sin comprender del todo la situación pero, quiero tenerlo. No te dejaré. Recuerda que yo soy tuyo.

—Victor... —y sin más lo abracé con todas mis fuerzas, enrede mis dedos en su cabello plateado, podía sentir el respirar de Victor y como éste me abrazaba con más fuerzas.

—Yuri —susurró con un tono de alegría—. Gracias por hacerme el hombre más feliz del mundo.

No sé cuánto duró el abrazo, pero me hubiera gustado quedarme así para siempre. Pero todo lo bueno tiene su fin y nos fuimos de ahí rumbo a casa.

(...)

—Yuri, ¿cómo crees que tu familia tome esa noticia? —me detuve en seco. Durante todo el camino me lo estuve pensando, pero siendo cuestionado, es como si mi mente se pusiera en blanco.

—N-no lo sé... —y realmente no lo sabía. Victor tomó mi mano, proporcionando la confianza que necesitaba, aún así, no pude evitar estar nervioso.

Al llegar, ya toda la familia estaba sentada comiendo. Tenía que decirlo, sino, nunca lo haría.

—Familia Katsuki —dijo Victor detrás de mi. Colocó sus manos sobre mis hombros, apretando para calmarme—. Tenemos una noticia que dar.

—¿Sucede algo? Yuri —mamá tomó mis manos suavemente, estaba preocupada.

—Mamá, familia... —no puedo hacerlo, no puedo decirlo.

—Lo que Yuri quiere decir es que... está embarazado —susurró. Todos en la mesa dejaron de comer para mirarnos. Mamá, quien no se movía, quedó mirándome atónita, de pronto, me soltó.

Victor apretó más mis hombros, esperando la primera reacción. El ser rechazado por alguien, especialmente cuando es tu familia, puede ser uno de los dolores más grandes que una persona puede sentir.

—Yuri... —mamá pasó su mano por mi rostro, limpiando las lágrimas que no sé en qué momento comenzaron a salir—. Todo estará bien.

—Mamá... —me abrazó. No preguntó, no pidió explicaciones. Tan sólo me consoló, mientras los demás no decían nada.

Al final, terminé explicando lo que el doctor había dicho. Mi hermana dijo apoyarme y mi padre aún estaba asimilando la información, aún así dijo que tendríamos su apoyo. Mamá, quien no había dicho palabra alguna, me sonrió dándome confianza y amor. Creo que después de todo, la noticia no fue tan mala, supongo.

Pero aún así, quería estar solo. Todos habían aceptado el embarazo, excepto yo.

Salí de casa rumbo al Ice Castle, donde me puse a patinar, paseando, sin hacer nada interesante.

No es como si despreciara al bebé, tampoco puedo decir que arruinó mi vida, pero... Es algo inesperado e irreal. Yo, un hombre, embarazado, es lo más extraño que me pudo haber pasado.

De pronto, el sonido de la canción stay close to me sonaba en mi interior, recordaba aquella fantasía de bailarla junto a Victor como muestra de exhibición en el GPF. Intenté hacer un triple axel, pero no tomé el suficiente vuelo, haciendo que cayera al hielo.

—No deberías practicar, podrías hacerte daño, y al bebé —entró Victor con su rostro un poco serio.

Y al bebé...

—¿Sucede algo, Yuri? —tengo que hablar con él.

Tal vez eso de ser un... padre-madre protector no es lo mío, tal vez... tal vez yo...

Debería abortar, que me quiten ese espantoso saco y al niño también, no quiero que sufra en éste mundo... Yo no debería tenerlo.

Hanarezuni soba ni ite / Sólo quedate a mi lado (Yuri On Ice)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora