CODIGO DE LEALTAD

CAPITULO 19

―¡¿Alguien me puede explicar que es lo que está sucediendo?! ―Nicole no es tonta se puede dar cuenta de que todo lo que está sucediendo tiene que ver con su amigo―. ¡Por favor Don...! ¡Dime que es lo que está pasando! ―exige tirando de la camisa del hombre y con los ojos nublados por las lágrimas que deja correr sin ninguna vergüenza. Teme por la vida de aquel hombre que para ella se ha convertido en algo más que un simple amigo.

―Tranquilízate pequeña... ―la voz gruesa y tranquila del hombre la enfurece aún más, pero él coloca sus manos por encima de la de ella dándole un apretón, intentando de esa manera que ella escuche sus palabras porque está completamente seguro que el shock que se ha llevado por la escena la tiene fuera de sí―. Estoy seguro que no significa nada y que todo ha sido una maldad de algunos tipos que al ver a mi bebe no soportaron su belleza... ―intenta bromear― y como no lograron robarla decidieron destruirla. ―señala su coche con su mano e intenta quitarle la importancia a todo lo ocurrido.

―¡Mientes...! ―reprocha la joven― ¡Habías dicho que nunca me mentirías! ―golpea el pecho masculino llena de rabia― ¿No entiendes que al ocultarme las cosas están mintiéndome? ―pregunta mirando a su amigo y a su madre a la vez― ¡Los dos son unos mentirosos...! ―dice por último y sale corriendo hacia el interior de la casa. Ariadne intenta seguirla pero Katerina se niega y va ella al encuentro de su sobrina.

―La policía viene en camino. ―comunica Cristóbal a la pareja sacándolos a los dos de los pensamientos que Nicole recién les había dado, tenían que conversar los dos con ella y explicarle. A pesar de que Ariadne se negara, su hija ya es bastante mayor para saber del peligro que corre.

―Ustedes saben quién lo hizo ¿Cierto? ―reconoce Anggelo― no hacen bien en mantenerlo en secreto de Nicole. Si en realidad están en peligro, porque estoy seguro de que lo están y ustedes lo saben ―dice señalando a la pareja― ella tiene que estar al tanto de todo, ya es bastante mayor para poder conocer que sucede a su alrededor. ―Donkor, Cristóbal y Ariadne se sorprenden ante el reproche del joven y con el enfado en que salen sus palabras―. No tienen ningún derecho en esconderles las cosas, si no se han dado cuenta es una mujer madura, que sabrá salir victoriosa ante cualquier dificultad. ―Esta vez sus palabras van dirigidas solo a la mujer del grupo―. No sé qué puede ser tan malo como para que se lo esconda, pero... ¿no cree que ya le oculta muchos secretos? ―agrega por último y él también se dirige al interior de la casa.

Las palabras del joven han dejado a la mujer sumergida en su propio mundo, no escucha las palabras de los hombres que le hablan. Donkor al ver que no reacciona la envuelve en sus brazos. Cristóbal solo los observa, no dice nada, sabe que su amigo está teniendo sentimientos hacia esa mujer pero teme que no salga bien de todo esto.

―Tienen razón. ―susurra la mujer contra el pecho masculino aferrándose aún más a él―. Debemos hablar con ella.

―Lo haremos una vez que volvamos a casa hoy mismo. ―concuerda el con sus labios pegados a la cabeza femenina―. Juntos lo solucionaremos todo. ―su voz firme no deja ninguna negación por parte de nadie.

La escena es interrumpida por el ruido de la policía que llega al lugar, mientras tanto en el interior de la casa Katerina se encuentra sentada en un sillón sosteniendo en sus brazos a Nicole que no deja de llorar.

―Mi niña tienes que entender que todo lo que hacen ellos es por tu bien. ―acepta la mayor acariciando lentamente la melena de la joven― no seas injustos con ellos...

―Ellos son injustos conmigo... ―dice Nicole mientras se endereza para mirar a su tía para hablarle― creen que no me he dado cuenta de que algo malo está sucediendo, pero claro ello aún no entienden que he crecido que ya no soy una bebe. Nunca le he pedido a mi mamá que me diga quién es mi padre o que sucedió con él. Pero ahora... ―la voz se le rompe pero se recompone rápidamente―. Ahora sé que ellos están en peligro, creen que no me he dado cuenta de las notas que les llegan o de lo sucedido con Don en prisión...