Los meses pasan sin que nadie se dé cuenta. Todo ha tomado su ruta sin dificultad.
Donkor, Ariadne y Nicole siguen viviendo en la casa de él, en lo que menos pensaron ellas fue volver a su departamento, se les hizo tan natural el seguir viviendo juntos que ninguno ni siquiera lo consulto con el otro, fue algo completamente lógico, no se veían estar separados. Han logrado tener una rutina sin proponérsela.
Ariadne no se ve despertar sin sentirse abrazada a su amado, ese brazo por encima de su cadera, que cada mañana la reconforta, tiene la certeza de que pasara lo que pasara, él siempre las protegerá. El sentirse amada y deseada por ese hombre la ha cambiado, ya no es esa mujer fría, que solo su hija y amiga la ven sonreír, el estar con él le ha dado más razones para hacerlo y los murmullos en la oficina no se dejaron esperar, para todos sus compañeros de trabajo fue algo impresionante el verla tan comunicativa, a pesar de que ella pensaba que siempre había sido así, la seguridad en su persona se incrementó. Pero eso no tenía solo que ver por tener a un hombre a su lado, sino que también el poseer en sus manos esa caja que les dejó Eusebio con pruebas en contra de la abuela de su hija.
La mujer siente unas manos acariciar su costado justo por encima de la tinta que cubre el lugar, se estremece al sentir los dedos masculinos marcar el dibujo con las yemas de los dedos, cada mañana desde el día que lo descubrió Donkor, era el mismo despertar, aunque la sorpresa se la habían llevado los dos juntos porque ella nunca había pensado que él haría justamente lo mismo.
⁕Flashback⁕
Ya es casi de madrugada cuando deciden que es hora de ir a sus habitaciones. Ari hasta ese día había logrado mantener su secreto a salvo, ya que los días anteriores la amiga del mes la visitó, teniendo así la excusa perfecta para usar pijama y andar bien vestida, algo que Donkor no cuestionó y por su parte la excusa de que hacía bastante frío dormía con blusa y pantalón puesto, algo a lo que la mujer tampoco cuestionó, a pesar de que a ella le encantara sentir la piel de su amado.
Ahora era el momento en que por fin los dos verían lo que llevaban escondiendo sin esperar que hubieran pensado exactamente lo mismo.
⸺Te he extrañado. ⸺dijo el hombre apenas cierra la puerta y la toma en sus brazos⸺. El sentir tu piel, el amarte sin nada que lo impida me está volviendo loco. ⸺con desesperación la besa en los labios y lleva sus manos gruesas hasta donde termina la espalda, apegándola hacia el para que sea consciente de lo que le produce al solo sentirla.
⸺No seas exagerado, ⸺logra decir cuando los besos del hombre pasan hacia el cuello haciéndola gemir⸺. Solo fueron unos días.
⸺¡¿Qué no sea exagerado?! ⸺la mira incrédulo⸺ fueron exactamente siete días sin tocarte, sin sentirte. ⸺dice desesperado. Pareciendo un niño al cual le dicen que los dibujo animados que ve son una tontería. Ari no puede evitar reír, pero la risa se le congela cuando Donkor con un movimiento le quita el vestido que lleva puesto y queda solamente con la ropa interior, prendas que eligió especialmente para esa noche, prendas que tenía la certeza de que volverían loco a su amado.
La mujer ya no sentía vergüenza, el que su amado la viera de tal manera solo la hacía sentirse una mujer sexy. Mantenía los ojos cerrados ante la expectativa de lo que Don haría o diría, pero las débiles caricias de unos dedos justo a su costado por encima de donde sabe que está la tinta que marca su piel, la hace tensarse y al abrir sus ojos alcanza ver a Donkor de rodilla delante de ella apreciando su tatuaje.
⸺Yo... ⸺por unos segundos quiso posar su mano por encima del dibujo para que el hombre dejara de mirarlo con tanta intensidad, pero al ver como Don depositaba un suave beso por encima de la piel la hace estremecerse.
ESTÁS LEYENDO
CODIGO DE LEALTAD
RandomAriadne Menegaki hace dieciocho años que huyó de su pueblo natal, donde hasta el día de hoy las tradiciones son la ley. En ese lugar dejó a su familia, a su gran amor, y también a su infierno. Hoy, dieciocho años después, su pasado regresa en el ro...