CAPITULO 23

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El silencio reina en la mesa, ninguno de los presente es capaz de decir una sola palabra. La mirada de Ariadne va directo hasta su amiga siendo consiente que este ha sido el golpe más duro que ha recibido Katerina en toda su vida. La segunda no ve y tampoco escucha nada, su mente ha quedado en las palabras dichas por aquella voz en las noticias: "El fiscal Eusebio Abbateli ha sufrido un trágico accidente de carro y al explotar ha perdido la vida." No puede creer que hace menos de una hora ella tendría que reunirse con él, con el hombre al que amo y ama a pesar de todo lo sucedido, al padre de su hijo del cual nunca supo de su existencia. El shock de la mujer es inmenso y por eso que los jóvenes que se encuentran con ellos no pueden entender el silencio reinante en la mesa.

―¿Él era el que estaba en contra de Donkor en el juicio, cierto? ―pregunta Anggelo para saber si se encontraba en lo correcto.

―Así es. ―responde el dueño de casa sin saber exactamente si las mujeres estarían en estado de poder hablar.

―Con Eusebio fuimos muy amigos y compañeros de estudios. ―les aclara Ariadne manteniendo como siempre su impecable rostro libre de cualquier sentimiento que pueda demostrar alguna debilidad, algo que no deja de sorprender como siempre a todos los presentes, con excepción de Katerina que sabe muy bien que esa es una amina que ha adoptado después de mucho sufrimiento―. Pero por cosas de la vida nuestros caminos se separaron y después de años lo volvimos a ver en el juicio.

―Recuerdo, ―toma la palabra Nicole― no sé muy bien cuantos años tenía, pero recuerdo que íbamos al parco los cuatros.

―Si monito, ―responde su madre― él siempre te quiso mucho y siempre que no teníamos algo que estudiar nos arrastraba a las tres a dar un paseo.

Katerina sin poder evitar traer esos recuerdos a su mente deja salir un sollozo de lo más profundo de su alma, necesita salir de ese lugar y su amiga lo sabe, necesita estar sola y vivir su luto a su manera, ir a buscar a su pequeño que es el mayor regalo que ese hombre pudo dejarle. La mujer mira a Ari sabiendo que ellas no necesitan de palabras para comunicarse, se pone de pie marchándose en segundos del lugar.

Cristóbal intenta ir detrás de ella pero Ari se lo niega.

―Déjala, ella necesita estar sola con Sifis, él es el único que en estos momentos podrá aliviar su dolor. ―le explica.

―No entiendo Ari. Ellos eran algo más, ¿Cierto? ―pregunta estando seguro de que la respuesta será positiva.

―De eso yo no puedo hablar, es ella quien debe decidir si algún día te contará su historia. ―Ariadne como siempre sabe que es mejor saber las cosas por la persona misma, ella no tiene ningún derecho de relatar el pasado de quien sea por muy amigas que son.

Nicole conocía una parte de ese secreto pero también había aprendido de su madre que algunos secretos son mejor dichos por las personas involucradas en este caso Katerina y Eusebio.

Ariadne necesitaba salir de esa conversación, no quería que Cristóbal siguiera insistiendo en lo que su amiga estaba viviendo en estos momentos. Su mirada se dirigió al hombre que se encuentra sentado a su lado tomándola de la mano a escondidas de los demás y en ese instante supo que era el momento adecuado para que los presentes se enteraran de lo que sucedía entre ellos dos. No quería más secretos, deseaba estar tranquila después de todo lo sucedido.

―Tenemos que decirles algo. ―anuncia la mujer dándole un apretón en la mano a Donkor para darle a entender que es lo que anunciara, la sorpresa es reflejada en el rostro masculino pero no puede evitar sentirse feliz por la decisión tomada. Es lo mejor para todos el saber exactamente lo que sucede―. Hija, ―llama la atención de Nicole para que entienda que ella es lo más importante que tiene en su vida y pase lo que pase con Don eso nunca cambiará. La joven la mira ansiosa, esperando inquita lo que tenga que decirle su madre con la esperanza que no sea nada malo, necesita sentir que no es todo negro en su vida―. Sabes que eres lo más importante para mí, siempre has sido mi prioridad desde el día que supe de mi embarazo, ―el silencio reina entre todos, esperan con ansiedad a que Ariadne termine su discurso, ninguno la interrumpe pero Cristóbal mira sospechosamente a su amigo del cual está seguro que algo tiene que ver con todo esto―. Siempre he negado tener alguna relación, tu padre se convirtió en mi mejor escusa, si es que se puede decir así. ―Nicole asiente a lo dicho por su madre, ella siempre ha deseado que Ari rehiciera su vida y fuera feliz con un hombre que de verdad la amara.

CODIGO DE LEALTADDonde viven las historias. Descúbrelo ahora