VII-. Exámen.

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En el receso no comí casi nada. Pues los puestos estaban atascados de gente. Y la verdad me desespera esperar mucho para solo una fruta o un taco.
Por parte de Alec, él solo comió su yogurt y una manzana. Por eso está como quiere.

—¿Que clase te toca? —pregunta al oir la campana.

—Geografía, despues Ciencias, Álgebra...—esa era yo dictandole todo mi horario de el día de hoy.

—¡Álgebra! ¿A qué hora te toca? —pregunta apretando una de mis muñecas.

—dos clases despues. —digo frunciendo el ceño.

—¡Génial! A mí igual. —sonríe.

—te veo entonces. —despeino su cabello, alborotandolo más de lo que estaba.

—despeinas mi hermoso cabello tricolor. —dice acariciandolo.

—andale pues. —digo caminando a mi salón.

—Sam... Te vez horrenda. —saca su lengua a tono de burla.

—¡pudrete! —le enseño el dedo medio.

—Jaajaa, va, va. —dice con la mano en su pecho.

—joven, ya tiene que subir a su salón o me veré obligado a reportarlo. —dice una voz masculina, debe ser un maestro, o el mismísimo director.

Alec camina un tanto serio, pero con ganas de estallar de risa.

◎                      ◎                          ◎

Esperaba con ansias la clase de Álgebra, a pesar de que es una de mis clases favoritas...  Estaría con Alec. Y le demostraría que comprendo más rápido que Ana.
Cuando oigo ese tono que ya me es familiar: se termino la clase.

—¡Cuidense chavos! Y más importante repasen temas ya que algo me dice que un día habrá exámen sorpresa. —dice la maestra de ciencias saliendo de el salón.

Igual salgo yendo a el salón de Álgebra.

Donde veo a Alec sentado en una banca. Es el primero en estar dentro de el salón.

—Hola...—dice mirándome. Lástima que se sienta demasiado lejos de mi banca. Así que funce su ceño al ver que hullo de él. Pero no lo hago sino que me siento en mi lugar. —¿Ahí vas? —señala la banca.

—sí, ¿algún problema? —digo riendo.

—Sí, y uno muy grave. Pero ahora mismo lo soluciono. —dice parándose y jalando su mochila con él.

Se acerca a mi lugar y se sienta justo en la silla de a lado.

—Sabes niño... —él alza sus cejas. —ahí va Camila, no creo que te deje...

—tú tranquila. —guiña un ojo.

Llega Camila y sonrío inmediatamente, quiero ver como Alec es expulsado de esa banca.

—oye, ese es mi lugar. —dice camila con la mochila colgada de un hombro.

—Ven. —ella se acerca a su rostro, donde puedo observar que susurran cosas inaudibles. Por un momento me entran celos. ¡pero de amigos! Nada más...

—bien, adiós. —ella se endereza y le guiña un ojo a Alec, para despues retirarse.

—okey...  Bueno. —digo sacando mi cuaderno.

—problema resuelto. —dice él mordiendo su labio discretamente.

llega el maestro y anuncia cosas que desconozco. Como lo dije falto un día y pasa algo importantísimo.

Para Siempre.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora