Para Siempre.

XXIV-. Primero muerta.

Después de dormir aproximadamente dos horas. Me dirigí a la escuela.

—¡oh por Dios! ¿Estás bien? —dice Elizabeth corriendo a mí y revisando todo mi rostro.

—sigo viva, no podía morirme sin fastidiarte la vida.  —bromeo.

—¡eres tendencia en toda la escuela Sam! —dice Nayeli.

—¿estás bien? —volteo y veo a Carol, ahora la odio.

—sí, adiós. —digo voltenadome.

—en serio me importas Sam, ya no tengo a nadie...

—a ti solo te importa mi novio. —digo rodando los ojos.

—por una parte sí... Pero...

—¡Que sínica eres al venir aquí a hablarme! —camino lejos de ella.

—¡Sam! ¿Qué pasó? ¿estás mejor? —dice Emilio.

—Gracias por tomarte la molestia de estar ahí cuando desperté, ¿dónde estabas cuando realmente te necesitaba? A veces me pregunto si soy la peor novia, pero en relalidad tú eres el que la fastidia. —digo rodeándolo.

—¡oye! Lamento no estar ahí, pero tenía un compromiso...

—¿Qué compromiso? ¿Estabas leyendo un libro de cómo ser el novio perfecto? —digo con sarcasmo.

—¡no puedo ser tu novio perfecto! ¡Nadie puede serlo! Lamento decirte la verdad. —dice negando con su cabeza.

—pero podías intentarlo... ¿lo intentaste? No ¿verdad? —digo rodando los ojos.

Estaba dispuesta a irme a mi clase cuando Emilio toma mi brazo y me jala hacia él, teniendo nuestras miradas a centímetros, y en un segundo me da un beso, un beso que la verdad no me agrado ni lo quería, así que en menos de segundos separo a Emilio de mí.

—¿en serio crees que un beso lo iba a arreglar todo? —él asiente con la cabeza. —pues dejame decirte que estás muy equivocado. —y por fin me voy.

.  .  . 

—a veces pienso que esta relación no funciona, pero en serio trato de que funcione... Me miento todo el tiempo, que hasta ya me he creído por un segundo mis mentiras. —le digo a Nayeli.

—bien, como tu psicóloga, recomiendo que si no estás agusto con él... Lo termines de inmediato, no puedes engañarte más... Y ahora sí estás jugando con los sentimientos de él, porque ya no lo quieres. —dice sonriendo.

—¡pero no quiero lastimarlo!

—decidete Sam, no quieres lastimarlo pero te lástimas a ti, y eso es más grave. —frunce su labio. —no lo amas, es más que claro...

—es que sí lo quiero, pero también quiero a Alec. —digo mordiendo mi labio.

—no puedes amar a otro mientras estás en una relación. —dice seria.

—pues... Hay algo que no te he contado... —ella alza sus cejas. —ayer o prácticamente hoy... Me besé con Alec. —digo cerrando los ojos.

—¿¡Que hiciste qué!? —dice sorprendida. —¿besa bien? ¿Qué sentiste?

—pues sí... Besa bien...  Y no es la primera vez... ¡Me siento terrible! —digo tapando mi cara.

—¿y qué dijo? —dice ansiosa.

—recuerdo que me dijo... Esto para mí no fue un error. —y después de eso Nayeli grita como loca.

—¡Amiga! ¡Le gustas! ¡Tú le gustas a Alec Rimes!  —dice aún gritando.