Para Siempre.

XVI-. La EX que está "loca"

Oigo como suena la puerta. Si sigue golpenadola la deformará y entonces sí estará en problemas.
¿a caso la gente no entiende que existe algo llamado espacio personal?

—por favor abre la puerta... Ahora sé lo que estás pensando. —suspira.

—estoy pensando en que cuándo te iras... —digo rodando los ojos.

—escucha... No puedo decirte de quién o de qué hablamos... Pero tú confía en mí. —rio sarcástica.

—ni te molestes en decirme que ya lo he escuchado todo. —abro la puerta, tal vez la vida no se acabe. Aparte huele horrible.

—si lo escuchaste todo ¿por qué estás molesta? —Nayeli frunce su labio.

—¡por lo que dijo! Porque núnca me lo dijo... Tal vez si me lo hubiera dicho antes ahora no doliera tanto. —respiro ondo y muerdo mi lengua para evitar decir alguna estupidez.

—¿al menos escuchate bien lo que dijo? —Frunce su ceño.

—no todo... Escuché desde la parte fea. —ella esboza una sonrisa como si le diera felicidad. —no es gracioso.

—no, no es gracioso... Pero cuando sepas la verdad, estarás más feliz que una chica cuando termina su periodo. —muestro mi cara asqueada, tiene cierto sentido pero ¡con eso no se juega!

—¡agh! ¡asco! —Nayeli ríe tanto como puede.

—vamos a clase chica. —rodea mi cuello con uno de sus brazos.

. . .

En la salida estaba revisando mis cosas, cuando llega Alec. Y de un de pronto me pongo feliz, solo él puede hacer eso.

—escucha yo... —Alec rasca su nuca. —no sé con exactitud que escuchaste... Pero te diré si eso es lo que quieres, sólo no te molestes conmigo... Yo te quiero como a nadie. —después de eso se pone rojo como un tomatito.

—lo entiendo Alec... Dímelo cuando quieras, lamento ser tan ignorante a veces. —lo abrazo.

—Sam... ¿Ya pensaste lo de nuestra cita? —esboza una sonrisa.

—sí, pero no quiero ir a su fiesta. —frunzo mi labio.

—descuida... Podemos ir a otro lugar... Si quieres. —sonrío, eso suena génial. —pero si Emilio se entera... Lo Mejor será que no estemos juntos, no quiero hechar a perder una relación. —sonríe falsamente.

—lo sé. —por mucho que lo odie, Alec tiene razón... No podemos estar juntos sólo porque sí. —nos vemos en la fiesta, no iré contigo pero supongo que nos veremos. —sonrío.

—te quiero y mucho. —me abraza de nuevo.

Me despido y salgo de la escuela para ir a casa.
Pensandolo bien... Creo que yo y Emilio, lo nuestro no funciona, es que cada vez que lo veo... No lo veo con amor, sino como un buen amigo, al que quiero demasiado pero que ese afecto no es suficiente como para amar. ¿Pero y si de verdad lo quiero?

Paso por mi casa y en eso veo la puerta de la casa de Emilio abierta.
Es malo entrar en casa ajenas, pero esa no es una casa cualquiera, es la casa de mi novio y es como mi segundo hogar, la madre de Emilio no se molestaría si entro.

Camino sigilosamente hasta su puerta y de ahí reviso si no hay nadie. Al ver que estoy en lo correcto entro y subo las escaleras, por alguna razón no se escucha absolutamente nada.
Entro a el cuarto de la madre de Emilio, pero no hay nadie... Eso es raro, su madre todo el día está en la casa.

—¡oye! En buen plan ya déjame. —eso proviene del cuarto de Emilio.

Me asomo discretamente y me encuentro con una tipa encima de Emilio en su cama ¡MIÉRDA! Samantha has algo estúpida.