Para Siempre.

XIII.- Algo planean estos tres.

Nos sentamos en una banca cerca de el parque... Pero hay algo que no cuadra, me siento incómoda, pues todos hablan de mí... O al menos eso es lo que escucho.

—Alec es un idiota, le dio una cachetada y anda con ella... ¿estúpido no? —susurran unas chicas.

—Alec, es mejor que me vaya... No quiero ver como hablan de mí.

—espera... —se para y se acerca a las chicas. —oigan, no hablen de Sam sin saber el asunto, métanse en sus vidas... No en las de otros. —se voltea y se sienta.

—oye... No entiendo por qué te enojas si tu igual no estás soltero y tampoco necesitas una amiga... —me arrepentí de decir eso.

—¿Quién te...? Oh fue el maldito chismoso de Emilio. —rueda sus ojos. —Maggie... Y yo... No parecemos novios, ni siqueira se lo pedí... La bese y de ahí cree que somos novios, y como está tan ilusionada... No le quiero quitar eso. —alza sus cejas.

—¿y por qué te enfadaste?

—porque no lo conoces lo suficiente... —hace una mueca.

—tú tampoco...

—No quiero pelear...

—bien... —y llega el momento tenso, nadie habla.

—Eres muy linda, Emilio no te merece, pero lo elegiste.... —me enojo por su comentario. lo dice el que me ignoro. —sólo espero que te sepa valorar.

—lo va a hacer...

—éste fin de semana hay fiesta en casa de Ana... ¿Quieres ir? Quisiera que mi novia de chocolate fuera conmigo. —lo pienso, no quiero ver a Ana pero quiero vigilar a Alec.... Así que...

—bien... A lo mejor y sí, déjame pensar... pero si me voy antes que tú no preguntes...

—está bien...

—Sam... —miro arriba y es Emilio. —no te esperaba aquí.... —mira a Alec.

—ni yo... —se me ocurrió una idea, Alec pagará todas las que me hizo. Me paro y beso a Emilio, él se sorprende pero acepta.

—¡agh! Hay lugares para hacer eso... —él se para y se aleja.

—te quiero... —digo en un susurro.

—no te pierdas... —me dice para después besar mi frente.

Camino a Alec quien está viendo el paisaje formado por casas corrientes y coches viejos.

—ya...

—Que cariñoso... —dice con un tono sarcástico.

—¿qué tiene? Tú también lo harías con Maggie. —sonrío.

—pero no la besaría cada cinco minutos. —frunce su ceño. —pero tratándose de ti... ¿quién no? —se me acerca, pero yo me alejo, Alec está muy extraño.

—bien... No tan cerca Alec. —digo casi cargando su cuerpo. Tengo que cambiar de tema ¡ya! —oye... —él se separa y alza sus cejas. —¿sabes como creía que se llamaba Maggie antes de que me dijera? —saco la primera estupidez que seme viene a la mente.

—¿cómo? —sonríe. —yo le veía cara de Alejandra...

—sí, pero nada que ver con el mío.

—entonces dime...

—creía que se llamaba Michelle o algo así. —digo entre risas, él ríe y después se queda callado... Pensando.

—quien llegue primero a la peletería invita un helado... —dice y comienza a correr, mi cerebro tardo tres segundos para procesarlo y depués comencé a correr como una loca.