Por fin... Hoy era la fiesta de Ana. Y esa noche me encontraba en mi cuarto con Elizabeth, Carol y Nayeli.
Todas fuimos de compras por vestidos súper pegados... O al menos pregúntenle a Nayeli.Yo por mi parte tenia un vestido no tan pegado color celeste.
Llevaba unos tacones que me ponían a la altura de Nayeli.
Pero en mi bolso. —uno muy grande, debo destacar. —llevaba los tenis que tanto amo, junto con ropa cómoda. Nadie sabe que se espera en una fiesta.—¿crees que Eduardo me haga caso después de tres años? —pregunta Nayeli.
—si no te hace caso es un ciego y no sabe lo que se pierde. —digo. Ella asiente con su cabeza mirandose por última vez al espejo.
—te ves preciosa Sami, juro que Emilio va a quedar rendido. —dice Carol acomodando parte de mi vestido.
—yo digo que no se arregla para Emilio... —dice Nayeli mirando a Elizabeth.
—bien, tal vez tengan razón. —después de eso se escuchan gritos por parte de Nayeli y Elizabeth.
—¿chicas ya están? —dice mi madre asomándose. —van a llegar tarde...
—ya mamá. —tomo un abrigo y mi bolso. Las demás también toman sus cosas.
—váyanse con cuidado. —advierte mi madre.
Nos subimos al coche y vamos a casa de Ana.
Yo no sé manejar, por lo que Elizabeth toma el volante. Es la única aparte de Carol que saben. Así que al regresar nuestras vidas dependen de ellas dos.
Al llegar bajamos y algunos tienen la mirada clavada en nosotras.
Se siente de cierta manera incómodo. Pero muy bien.Entro en la casa y en menos de segundos alguien rodea mi cadera.
—Sam... ¡Te ves hermosa! —dice Emilio besando mi cuello.
—Emilio basta. —está tan ebrio que no me hace caso. —¡basta!
—¡que la dejes! —dice Elizabeth empujándolo.
—te veo luego sin que estés con tus amigas. —sonríe de medio lado y se va.
Camino de nuevo con mis amigas.
Bailamos un rato, cuando moría de cansancio me senté.Estaba observando a las personas cuando me encuentro con Alec.
De pronto mis mejillas arden y una sonrisa se dibuja en mi rostro.—¡voy con Alec! —le digo a las chicas.
—suerte... —dice Elizabeth.
—lo vas a necesitar. —Nayeli me avienta un condón.
¿En serio? ¿Un condón? ¡Gracias Nayeli!
A medida que camino mi corazón se acelera más y más.
Y cuando estoy detrás de él, decido tocar su hombro. Volteo a ver a todas y Elizabeth me señala su dedo pulgar.
Muerdo mi labio mientras respiro. Es el momento más horrible de mi vida. ¿Y si me trabo?
Toco su hombro y un chico apuesto me voltea a ver.
—¡Sam! —Alec rodea mi cadera con sus brazos y me carga. —por un momento pensé que no ibas a venir.
—te ves... M-muy bi-bien.. —¡rayos! Sabía que me iba a trabar.
—tú te ves más hermosa. —sonríe. —ven... —toma mi brazo y lo jala.
¡Muero por saber a donde vamos!
Vamos a otro jardín. Debo decir que la casa de Ana es enorme.
Este jardín es más relajando y tiene dos sillitas separadas por una mesa.

ESTÁS LEYENDO
Para Siempre.
Teen Fiction"Te amo" Todavía recuerdo la palabra saliendo de sus rosados labios, el momento que cambio mi vida, el momento que sabía que algo andaba raro, el momento más inesperado de mi vida. Sentía y siento atraccion por él, pero no pasará de un amor infanti...