Capítulo 24

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Nada más abrir los ojos, lo primero que veo es esa sonrisa. Perversa, aterradora... la sonrisa de un psicópata. Y unos ojos azules como el hielo de gélidos, que me miran fijamente. Me percato brevemente de que estamos en el mismo bosque, pero lo que llama mi atención es el camisón blanco que llevo puesto, el mismo de aquella trágica noche; esta vez, manchado de sangre. Mucha sangre por todas partes: el camisón, mis manos, mi cara, mis pies, las plantas, la hierba a mi alrededor... y el cuerpo de mi madre tendido en el suelo a escasos metros de donde me encuentro. Grito, horrorizada, y Blake se ríe.

―¿Qué pasa, Olivia? ¿No te alegras de volver a ver a tu madre?

Niego con la cabeza, horrorizada.

―Por favor, para... ―suplico, llorando.

Soy incapaz de afrontar esto, no puedo soportarlo ni un segundo más. Entonces, como si pudiese leerme la mente, oigo la voz de mi padre llamándome. Levanto la cabeza, incapaz de moverme, y le veo ahí, mirando a mi madre sin ninguna expresión, impasible. No entiendo nada.

―Hiciste que tu madre muriera, y ahora también lo hará tu padre.

Entonces, oigo una explosión, algo parecido a un rayo, y el cuerpo de mi padre se desploma sobre mi madre.

―¡NO! ―exclamo, queriendo ir hacia ellos, abrazarlos, pero mis pies están clavados al suelo―. No... No puede ser, tú... tú no eres real ―digo incrédula.

―Soy real.

―¡No! Fue mi imaginación, tú no existes.

―Sabes que eso es mentira. Tú misma me viste aquel día, soy tan real como tú o como lo fue tu madre en su día. ―Su sonrisa psicópata me pone nerviosa.

―¿Qué quieres de mí? ―pregunté fríamente.

―Muchas cosas, Olivia, muchas cosas ― dice con ese halo de misterio que siempre le envuelve, haciendo que un escalofrío me recorra la columna vertebral ―. Pero, por ahora, solo quiero advertirte.

―¿Advertirme? ―pregunto desconcertada y asustada. El miedo aumenta por momentos en mi interior―. ¿De qué?

―De que te andes con cuidado porque, a partir de ahora, las cosas irán de mal en peor.

―¿Qué significa eso?

―Con el tiempo lo sabrás. Cobraré mi venganza, y todo el mundo pagará por ello. Olivia, esto no ha hecho nada más que comenzar.

Entonces, levanta la mano y dispara.

Me incorporé de golpe, gritando con todas mis fuerzas. Me llevé las manos al camisón de seda azul que llevaba puesto, palpándolo en busca de una herida en mi peco. Pero no había nada, ni herida, ni sangre, ni nada. Mi respiración era agitada, y el corazón estaba a punto de salírseme del pecho. Miré a mi alrededor, diciéndome a mí misma que estaba segura, que solo había sido otra de mis pesadillas. Pero ¿por qué se sentía tan real? ¿Por qué era como si estuviese allí de verdad, sintiendo aquella sangre en mis manos, y viendo morir a mi padre? Me llevé las manos a la cara, y me di cuenta de que estaba llorando. Me sequé las lágrimas, frustrada. ¿Hasta cuándo podía aguantar aquello? <<Esto no ha hecho nada más que comenzar>>, ¿qué demonios significaba aquello? ¿Por qué...? Antes de que pudiera seguir comiéndome la cabeza, alguien llamó a la puerta. Me sobresalté, y me llevé las mantas al pecho instintivamente. Dije adelante, siendo consciente de que podría ser un guardia que hubiese oído mi rito. Pero me sorprendió cuando fue Christian el que asomó por la puerta.

The Crown (Parte 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora