Capítulo 29

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Me quedé paralizada, viendo cómo se le llevaban de allí.

<<Blake estuvo aquí>>. Drían no sabía de su existencia, no sabía que Blake era el hombre de mis pesadillas, el asesino de mi madre; nunca se lo había llegado a decir. ¿Cómo había podido decir eso?

Entonces, recordé sus palabras: <<Nunca sabes quién puede traicionarte en el último momento>>. Y de pronto, todo cobró sentido. Un siniestro y aterrador sentido.

Salí de allí corriendo, ignorando los gritos de William y del doctor Wesley. Subí las escaleras todo lo rápido que pude, y corrí por el pasillo, entrando abruptamente en el despacho de mi padre. Como siempre, Dylan estaba sentado en la silla detrás del escritorio, y Collen atento del teléfono. Se sobresaltaron y miraron en mi dirección. Mi respiración era agitada y estaba sudando por la repentina carrera, añadiendo a eso mi horrible aspecto y que aún no estaba recuperada emocionalmente.

―¡Tengo que anular inmediatamente la orden del juez! ―exclamé.

Dylan se levantó, entre sorprendido y confuso.

―¿Alteza? ¿Qué ocurre, se encuentra bien?

Negué con la cabeza, entrando al despacho.

―La policía nacional se acaba de llevar a Drían esposado por intento de asesinato.

Se miraron entre ellos, algo indecisos.

―Lo sabemos, alteza. Nosotros les hemos permitido la entrada ―dijo Collen tan tranquilo.

―¿Qué? ¿Por qué? ―pregunté, haciendo una mueca.

―Alteza, Drían ha intentado matarla ―dijo Dylan muy despacio, como si fuese tonta.

Apreté los puños.

―Eso no es así. Bueno, sí. Pero no. Es lo que trato de deciros: que todo ha sido un maldito malentendido. Drían no se drogó, le drogaron.

―¿Quién? ―preguntó Collen con el ceño fruncido.

Abrí la boca para contestar, pero me di cuenta de que aquello no era la mejor opción. No quería que pensasen que a mí también me había dado un brote psicótico.

―Eso no importa. Lo que importa, es que Drían es inocente, estaba actuando bajo el efecto de las drogas que él no había ingerido. Llamad ahora mismo al tribunal supremo y suspender la detención.

Se volvieron a mirar entre ellos. Dylan suspiró antes de contestar.

―Alteza, creo que debería descansar. Acaba de despertarse, por lo que podemos suponer, y debe de estar confusa y desorientada. Y creo que no está mirando con un criterio justo.

Fruncí el ceño.

―¿Qué quieres decir con eso?

―Verá... Comprendemos la estrecha relación que tiene con Drían. Y lo respetamos. Pero debe comprender que, porque sea su mejor amigo, no puede simplemente exculparle de algo tan grabe.

Básicamente, me estaban diciendo que estaba teniendo preferencia por Drían por ser quien era para mí. Eso, y que estaba tan cansada que era incapaz de pesar con coherencia.

―¡No lo entendéis! ―exclamé, desesperada―. Drían es inocente, a pesar de lo que todo el mundo crea o lo que unas pruebas digan. Sé que es inocente ―insistí, deseando que se diesen cuenta de que quería decirles algo que con palabras no podía, que había mucho más de lo que ellos creían.

―Lo sentimos, alteza. Pero no podemos hacer eso ―sentenció Collen.

Me quedé pensando brevemente, cualquier forma de poder sacarle de aquel embrollo. Levanté la cabeza, iluminada de repente.

The Crown (Parte 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora