Daddy Issues °⸙͎ ʸᵒᵒᶰˢᵉᵒᵏ

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—¿En serio? ¿Puedo, puedo? —Pregunté incrédulo ante su propuesta.

—Claro, pequeño. Pero no digas que yo te lo dije. Los chicos hablan mucho de ti así que no habrá problema. —Me mostró su linda sonrisa y se la devolví.

—¡Gracias, Verny! —Exclamé saltando sobre él en su cuarto y besé sus labios feliz.

Él rápidamente me apartó y me observó sorprendido.

—¿Me besaste?

—Sipi. —Conteste girando en mi lugar mientras abrazaba un peluche que me había regalado.

—Alto, Hoseok. Deja de girar y mirame —Paré en seco y lo observé—. Que obediente eres.

—¿Que sucede, Verny?

—Haber, me acabas de besar. ¿Porque?

—Porque te quiero. —Dije alegre mientras daba salitos.

—¿A que te refieres?

—Leí en Internet que una forma de demostrar cariño hacia otra persona es dándole un beso y eso hice.

—¿Internet? Ash, Hoseok. ¿Como haces para tener la mala suerte de encontrar esos Post más falsos que las extensiones de Taemin?

—¡En Wikipedia, Verny! ¡WIKIPEDIA! Wiki nunca se equivoca. —Comenté girando por todo su cuarto.

—Editaron la información. —Murmuró.

—¿Que?

—Nada, Hoseok. Oye, ¿Vas a quedarte a dormir? Mis padres están muy conformes contigo; de hecho eres el primer amigo que traigo a casa. —Dijo bajando levemente su cabeza.

—¿Primer amigo que traes? Pero tienes tu grupo en la Academia.

—Si, ellos son mis amigos de salida y todo. Pero algo de ti me atrapó y me hizo que te invitara a casa. Espero que no le digas a nadie sobre esto; ¿Puedes prometerlo, Hobi?

—¡Si, Verny! ¡Lo prometo! Quiero una Patata. —Dije haciendo un puchero.

—¿Puedo demostrarte cariño, Hobi?

—¡Claro!

—Pero dime Hyung. —Dijo desordenando mi cabello.

—Si, hyung. —Obedecí sonriendo.

—Eres tan manipulable.

Me tomó de la cintura y me acercó a él para luego besar suavemente mis labios.
Di muchos besos cortos en sus labios y luego lo abracé.

—¡Hyung, Hyung! —Lo llamé jalando de su remera.

—¿Si, hobi?

—¿Puedo quedarme a dormir con usted?

—Cuando quieras.

—¡Yey! —Grité saltando a su cama mientras giraba sobre ella enredandome así con las sabanas blancas—. ¡Hyung, hyung! ¡Ayuda! ¡Me come, no!

Comencé a patalear sin lograr safarme de la cosa blanca que me envolvía.

—Calmate —Sentí su suave risa— Te enredaste, nadie te va a comer; no lo permitiría, yo soy el único que puede hacerlo.

Observé cómo lograba sacar las sabanas dejándome libre y lo abracé nuevamente.

—Gracias, Hyung. ¡Estoy aburrido!

—Ya, ya. Es tarde, no vamos a jugar.

—¡Hyung, tengo hambre!

—Ya comiste hace media hora.