Consciencia Inconsciente (KuroYaku)

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Yaku suspiraba cansadamente mientras apoyaba su frente en la palma de su mano. El nuevo integrante del equipo, Haiba Lev era un caso perdido. Bueno, no era del todo cierto, la verdad es que el chico tenía un gran potencial, rápidos reflejos y buena condición física. Lo que le sacaba de quicio era su personalidad.

Siempre sonriendo, diciendo cosas sin sentido o que estaban completamente fuera de lugar, especialmente cuando hablaba sobre su altura. Realmente ahí quería matarlo. También era muy despistado y siempre quería saltarse los entrenamientos básicos para ir a entrenar cosas por su cuenta y que, según él, eran mejores. 

Le recordaba a cierta persona. La mayor diferencia que podía encontrar en ellos dos, a pesar de ser tan parecidos para ciertas cosas, es que los comentarios y actitudes de Lev provenían de casi un estado de inocencia. En cambio, si se trataba de Kuroo, todo tenía un toque de maldad, y de doble sentido.

Aun así, lo amaba.

Era un idiota, lo sabía. Pero no era algo que pudiese evitar a decir verdad.

Morisuke había entrado al equipo al mismo tiempo que Kuroo, y de inmediato se habían llevado bien, a pesar de que cada cierto tiempo tenía que regañarle por su actitud que en muchas ocasiones molestaba a sus senpais. 

En primer año se había dado cuenta de sus sentimientos. No fue fácil, pero decidió que cuando empezaran a entrenar nuevamente ya estando en segundo, se declararía.

No contó con que ese mismo año entrara al equipo Kenma. No podía rivalizar con él. Era el mejor amigo de infancia y vecino de Kuroo, eran casi inseparables. Lo único que pudo hacer fue sonreír y dar un pie al costado. Aún así, le sorprendía que durante todo ese tiempo, no viera ningún tipo de actitud de ellos como pareja, quizás lo llevaban muy en secreto.

Un quejido a sus pies le sacó de los pensamientos en los cuales se encontraba perdido y fijó su mirada en el bulto albino que se hallaba ahí. Lev iba arrastrándose hacia la salida.

Si bien era cierto que el entrenamiento que le habían hacer era casi el doble que los demás, era porque debía alcanzar pronto el nivel de los otros miembros del equipo. Por esa razón terminaban quedándose a entrenar más del tiempo acordado para la práctica.

Todos los otros jugadores del Nekoma se habían marchado hace un tiempo, en el gimnasio solo estaba Lev, Kuroo y él. 

-Ya... ya no puedo más -se quejó el chico de los ojos verdes- se que tu cuerpo es pequeño, pero tu corazón es grande Yaku-san...

Una vena palpitó en su frente y de forma inconsciente pisó al chico que estaba en el suelo.

-Si todavía tienes energías para hablar, podrías recibir unas cuantas recepciones más, ¿no crees? -le dijo mientras seguía presionando su pie en la espalda del largo chico.

-Ya déjalo Yaku, ¿no ves que ni siquiera puede arrastrarse como de costumbre? -Tetsuro se acercaba a él mientras se limpiaba el sudor de la cara con una toalla- Lev, es todo por hoy, puedes irte.

Como si esas hubieran sido las palabras mágicas, el mitad ruso se puso de pie de un brinco y salió disparado hasta la salida, apenas gritando una despedida para ambos senpais mientras desaparecía en la cálida noche.

-Eres demasiado blando con el, Kuroo, ¿no viste que tenía la energía suficiente para salir corriendo? 

-Yo no soy muy blando, tu eres muy estricto Yaku, ¿acaso algo te ha hecho el pobre chico para que lo trates de esa forma? -los ojos avellanas se posaron en él y tuvo que desviar la mirada, de lo contrario sería capaz de decirle que era una forma de vengarse porque le recordaba demasiado a él-. Oh, ya se -su atención volvió al moreno quién golpeaba un puño en su mano abierta- es porque él te gusta, ¿no es así, Yaku?

One Shots y Drabbles de HaikyuuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora