One Shots y Drabbles de Haikyuu

Chico Bonito (KuroOi)

Oikawa suspiraba frustrado aquella tarde de verano, llevaba caminando horas, según él, aunque apenas había llegado a Tokio a las 10 de la mañana y según la hora de su celular, faltan unos cuantos minutos para el mediodía.

Pero es que había caminado más de lo necesario, se había equivocado de parada en el metro y se había bajado antes, además de eso, no lograba hallar la dirección a la que debía ir.

¿Qué tan difícil era encontrar aquella maldita clínica?

La gran ciudad le estaba ganando la batalla al chico de Miyagi, pero este decidió que no le ganaría la guerra. Con gesto decidido se acercó a un chico alto, quizás unos centímetros más alto que él, tenía un cabello negro y con un peinado como recién levantado de la cama. Tenía buena contextura y una lesión en su mano izquierda, por lo que supuso que podría ser deportista.

- Oye tu, chico del peinado llamativo -le llamó haciendo que el moreno levantara la vista desde su móvil y la posara en él.- ¿Sabes dónde queda esta dirección? -le mostró un papel con el lugar en dónde se encontraba la clínica a la que debía ir.

- ¿Oya? -el tipo con mirada avellana tomó el papel ofrecido y leyó la dirección para luego sonreír- Vaya niño bonito, me parece que vamos al mismo lugar.

¿Niño bonito? Oikawa enarcó una ceja y lo miró de pies a cabeza y le sonrió.

- Oikawa Tooru -le dijo mientras le tendía la mano para darle un apretón- y gracias por lo de bonito, guapo.

- Kuroo Tetsuro -se presentó el otro chico mientras le devolvía el apretón y le sonreía.

- Y bien, Kuroo-kun, ¿que vas a ir a hacer a aquel lugar? -Le comentó Oikawa mientras comenzaban a caminar por el mismo camino que había estado recorriendo momentos antes.

- Oh bueno, la verdad es que no tengo nada mejor que hacer que perder mi tiempo y llevar a un chico perdido a una clínica. Ya sabes, soy un psicópata serial y encontrar víctimas no es tan fácil el día de hoy, la gente ya no confía ciegamente en otra gente, Oikawa.

- ¿Eres comediante? Por tu apariencia hubiera jurado que eras deportista.

- ¿Comediante? No, ya te lo dije, tengo que mantener mi estado físico si quiero engatusar a chicos bonitos e ingenuos como tu.

- Oh vaya, no se como sentirme al respecto con esa declaración -le dijo el castaño- aunque supongo que ese cuerpo trabajado tuyo no será de mucha ayuda si yo concentro mi resistencia en seguir dañando los dedos de tu mano.

Una risa un tanto escandalosa brotó del pecho del moreno y tuvo que detenerse para tomar su estómago con ambas manos. Tooru solo miró la forma tan particular de reírse que tenía y miró a los lados para asegurarse de no ser el centro de atención por aquella escena. Obviamente varias personas los estaban mirando.

- Kuroo-kun, vamos, no te rías como las hienas que aparecen en The Lion King, me avergüenzas...

- Lo siento, lo siento, es que me has pillado.

- No eres muy listo si es que le declaras tus intenciones psicópatas a tu próxima victima, y menos cuando tienes un punto débil tan evidente -le señaló los dedos vendados, los chicos siguieron caminando- y dime, ¿te apretaste los dedos con la puerta?

- No soy tan idiota, Oikawa, gracias por subestimar mi inteligencia -le guiñó un ojo con gesto juguetón- me fracturé dos dedos y me esguincé el otro en un partido de volleyball, en un partido del torneo nacional de preparatoria -le dijo con cierto tono de orgullo.

- Espera un momento Kuroo-kun, ¿eres jugador de volley?

Tetsuro sonrió y se señaló a si mismo con el dedo pulgar.