Bromance

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Kuroo no se encontraba con el mejor de los humores. Desde días atrás que le gruñía a todo el que se le acercara y no hablaba con nadie; claramente sus amigos conocían ese raro estado de ánimo en él y simplemente se encogían de hombros esperando a que se le pasase. Pero era obvio que eso no sucedería pronto.

¿La razón? Se había molestado con su mejor amigo, Bokuto Kotaro. Aunque de nuevo, eso no era nada nuevo entre ellos, su relación prácticamente se basaba en el bullying que se hicieran mutuamente y algunas veces las bromas eran demasiado pesadas. Y si a eso le sumaban que ambos tenían sueños frustrados de actores de 3ra categoría, pues era todo un show digno de ver.

Pero esta vez fue diferente, no se originó por un mal comentario, una broma que sobrepasó los límites o hasta un pequeño ataque de celos; sino que por el contrario, la falta de estas.

Bokuto solía tener cambios de humor repentinos, pero así como llegaban se iban; solo que esta vez fue diferente. Tetsuro sabía que su amigo no estaba actuando igual que siempre, que estaba teniendo problemas personales y que se encontraba algo más deprimido que lo habitual, mas decidió no prestarle mucha atención.

Le había preguntado una y otra vez qué era lo que le sucedía, si podía ayudarle en algo, trataba de conversarle de otras cosas para distraer su atención y de ayudarle lo más posible, pero si Bokuto no ponía de su parte, ¿qué más podía hacer? Tampoco era como que se quedara sin hacer nada y conforme con la situación, pero siempre sentía que se interponía en los deseos del otro.

Además, su amigo seguía haciendo su vida normal con el resto de su equipo, así que supuso que no debía porque preocuparse tanto, de que si la situación fuera más grave, el otro chico de Tokio acudiría a él dentro de su papel de Bros.

Hasta que un día desapareció. Sin decir nada, sin dejar una nota, un mensaje, alguna explicación, nada. Fue como si la tierra lo hubiera tragado, Kuroo no supo si se había ido de viaje con sus padres, si su teléfono móvil se había descompuesto, si su casa se había quedado sin luz, si estaba hospitalizado por ponerle mucho picante a la comida o algo serio le había pasado.

Lo último que sabía de él era por otros compañeros de su clase en que lo mostraban en unas fotos caminando de noche. Nada más. Ni siquiera tenía certeza de que hubiese llegado a casa a salvo. Lo llamó, le mandó cientos de mensajes, habló con Akaashi, fue a buscarlo a la casa, molestó a los chicos con quienes había salido esa noche, estuvo a punto de ir a dejar una denuncia a la policía por presunta desgracia... todo en vano.

Los días pasaban sin tener noticias de él, con anterioridad había desaparecido, siempre diciéndole a él, a Akaashi o a alguien más que no se sentía de humor y necesitaba tiempo a solas. Todo lo comprendían, pero estaban tranquilos de que él estaba "bien", sabían que estaba con vida. Kuroo llegó a pensar lo peor, ni siquiera iba al colegio.

Pocas veces el moreno se sentía triste o preocupado, mucho menos era una persona que expresara sus sentimientos mediante lágrimas, pero en esa ocasión, sumido en una profunda preocupación, lloró. Lloró por muchas razones, por la desaparición de su amigo y por la impotencia que sentía al no poder hacer algo, todo era inútil y ya había hecho lo que estaba a su mano.

Y llegó el cumpleaños del capitán de Nekoma. Se sentía un tanto vacío sin su amigo, ni siquiera las cosas con su pareja estaban funcionando bien y realmente extrañaba las estupideces de su bro, sentía el hueco que su ausencia le dejaba. Sumido en sus pensamientos recibió un mensaje, cuyo remitente le sorprendió:

"¡Hey, hey, hey! Kuroo de mai hart breaken.

No sé que decirte pero empezaré por lo primero.

One Shots y Drabbles de HaikyuuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora