Experiencias (KuroTsukki)

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***Estas son las mañanitas que cantaba el Rey Daichi, y en el día de tu santo te las cantamos a ti, despierta Ise despierta, que Hinata ya salió, los del Karasuno cantan y Tsukki ya se escondió.***

¿Cómo había accedido a eso? Negó con la cabeza mientras se volvía a maldecir a sí mismo por haber tenido la idea en primer lugar de pedirle ayuda al bloqueador de Nekoma. Desde ese día no había dejado de molestarlo. ¿Molestarlo? Mejor era la palabra: acosarlo. Todavía no podía entender cómo lo había hecho para obtener su número de teléfono; seguramente había sido uno de los idiotas de primero.

Pero eso ya no importaba ahora que lo tenía frente a la puerta de su casa. Con un ramo de flores gigantes. Con una sonrisa de gato Cheshire. Y con una botella de alcohol en la otra mano.

Tsukishima tenía que reconocer que eso había sido completamente su culpa, por haberle dicho que durante el fin de semana estaría solo en casa. Otro grave error; y es que parecía que cuando se trataba de Kuroo Tetsuro, solo cometía error tras error. Lo odiaba.

Chasqueó la lengua y dio un paso atrás para cerrarle la puerta en las narices, pero otro pie se interpuso antes de que pudiera hacerlo y suspiró frustrado, definitivamente nada le salía bien.

—Tsukki, ¿le ibas a cerrar la puerta a tu novio?

—No eres mi novio, pero sí.

El rubio volvió a chasquear la lengua, pero le dio la espalda ya resignado, se adentró en la sala y dejó que el otro lo siguiera mientras no dejaba de tararear. ¿Acaso podía disimular, aunque fuera un poco la posibilidad de que tuvieran sexo? ¿Posibilidad? No, ya era casi un hecho, pero no por eso se lo dejaría fácil.

¿Cómo habían llegado a ese tipo de "relación"?

Cuando fueron para el campamento de verano en Tokio, se conocieron de una manera más cercana, ahí fue donde Kuroo comenzó casi a acosarlo de una manera más bien stalker. El día en que tenían que devolverse, el van en que viajaban se averió, y los repuestos no estarían hasta el día siguiente, por lo que tendrían que pasar esa noche en la gran ciudad.

Los otros jugadores de los demás equipos se ofrecieron a alojar a alguno de los miembros de Karasuno, y por supuesto que el capitán de Nekoma también lo había hecho, pero a diferencia de los demás, "se había pedido" a Tsukki; y Daichi entre risas se lo había otorgado.

En ese momento se sintió como un objeto al que rentaban y realmente se planteó la idea de irse a dormir al banco de alguna plaza, pero realmente no le gustaba dormir en lugares incómodos, así que casi a regañadientes acompañó al moreno hasta su casa.

Una vez ahí, Tetsuro se disculpó por el desorden del lugar, ya que su familia había salido con motivo de las vacaciones y él se había quedado por el club de volley. Así que estaban los dos solos en casa. El rubio no podía creer que fuera la típica escena o situación en que dos adolescentes estaban solos en casa por la ausencia de los padres, ¿qué clase de cliché era ese?

Kuroo le ofreció comida y sacó de un estante una botella de alcohol y la movió juguetonamente.

—¡Tsukkiiiiiiii! ¡vamos a beber! —le ofreció.

—Me niego, ambos somos menores de edad y no podemos beber alcohol. —Respondió el rubio.

—Oh vamos Tsukki, solo se es joven una vez, además, ¿no te parece más excitante lo que está prohibido?

—La verdad es que no, si no vas a hacer nada productivo, será mejor que me vaya a dormir —Kei se colocó de pie y se despidió—, buenas noches, Kuroo-san.

One Shots y Drabbles de HaikyuuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora