Deberías aceptar la realidad (UshiOi).

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Oikawa se encontraba sentada en uno de los baños de su instituto, el Seijou. Su mirada estaba fija en el aparato que sostenía entre sus manos, las que no dejaban de temblar. Era una broma, debía serlo. Algo había salido mal, quizás no había leído las instrucciones correctamente.

Volvió a tomar la caja con las instrucciones y la releyó por quinta vez. Si era una raya, era negativo, si eran 2, era positivo.

Sus ojos color chocolate se volvieron a posar en el test de embarazo que tenía marcado claramente dos rayas, del color más rojo posible. No cabía ninguna duda.

Estaba embarazada.

Siguió sentada en ese lugar por todo lo que quedaba de la hora de clase, no se encontraba con ánimos de levantarse y hacer como si nada le pasara dentro de la sala, con el resto de sus compañeros y amigos.

¿Qué haría con su vida a partir de ahora?

Siquiera, ¿sabía quién era el padre?

Lo sabía, y eso era lo peor. De todas las personas existentes en el mundo entero, y tenía precisamente que ser él.

Tenía que contarle a Iwa-chan, era su mejor amigo y de seguro la apoyaría, claro que eso sería luego de darle la paliza de su vida. Pero necesitaba contar con un apoyo en ese momento, por mucho que quisiera decir lo contrario, no era capaz de asumir todo esto sola.

Se pasó una mano por el flequillo que le caía sobre la frente, limpió lo mejor que pudo las lágrimas que había derramado en ese rato y guardó el test de embarazo en la caja en que venía para luego tirarlo al fondo de su bolso. Inhaló y exhaló.

La campana para la última hora de clase acababa de sonar y sabía que no podía quedarse ahí para siempre, así que con todo el ánimo y el valor que pudo reunir, decidió que saldría y que enfrentaría al mundo con su nueva situación.

Cuando entró en la sala, sintió de inmediato unos ojos verdes posarse en ella. De forma casual decidió ignorarlos y tomar asiento en su puesto, ya había decidido que ese mismo día hablaría con Hajime, pero aún no se sentía preparada para recibir su mirada.

Como si el mundo se aliara en su contra, su teléfono móvil vibró en su bolsillo, insistentemente. Lo sacó sin que el profesor se diera cuenta y vio que de nuevo tenía mensajes de esa persona, y que además Iwaizumi le había mandado otro mensaje -un milagro- con un: "¿Te pasó algo? No te ves bien".

¿Qué no se veía bien? Pues claro que no, luego de dejar todo el desayuno atrás en el baño y encontrarse con la noticia de que un ser estaba empezando a vivir dentro de ella, ¿qué más quería?

Le mandó una carita con la lengua fuera, seguido de un "Necesito hablar contigo luego de la escuela"

Antes de que el moreno pudiera teclear que tenía prácticas y que no se desocuparía hasta tarde, ella añadió: "URGENTE".

Escuchó cómo el chico que se sentaba detrás de ella suspiraba en resignación y supo que había ganado aquella conversación. Luego de eso, trató de prestarle la máxima atención al profesor que tenía delante de sí, para distraerse de alguna forma.

Las prácticas de porristas ese día fueron mucho más relajadas que de costumbre, pues la entrenadora les mostró videos de competencias internacionales y planificaron teóricamente una nueva porra. Oikawa Tooru era la estrella principal, alta, grácil, esbelta, elegante, refinada y coqueta, sin contar además que contaba con una sublime belleza que no tenía igual.

Ella había entrado a ese club para animar a su amigo de la infancia, Iwa-chan, así siempre iba a apoyarlo a sus partidos, pero no solo a él, sino que las porristas iban a cada partido en el que competía su instituto, sin importar qué deporte fuera. Ellas eran la alegría y el ánimo, transmitían el apoyo de todos los estudiantes y hasta profesores, eran un pilar fundamental para los jugadores.

One Shots y Drabbles de HaikyuuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora