[En Pausa] Estos malditos celos. •• (Vkook/KookV )

03. Cada vez se vuelve más difícil.

Kook no dejaba de caminar y de estarse preguntando cómo pasó todo aquello, realmente se sentía muy mal.

Caminó sin fijarse de su alrededor, hasta que chocó con unos bandoleros, pensando que JungKook los quería desafiar.

Aquellos hombres se regresaron, sin embargo, JungKook seguía sin poner atención, haciendo que estos bandoleros tomarán aún más fuerza para "defenderse".

Mientras tanto en el hotel...

— ¿¡Cómo que ha salido?! — Preguntó Jimin sorprendido.

— Que sí, háganme caso —decía Suga mirándoles —.

Tae no puso atención, poniéndose la ropa rápidamente y saliendo de la habitación corriendo.

Él estaba preocupado por Kookie, por su novio.

¿Qué le habrá pasado para salir tan así del hotel?

Al pasar por el pasillo se encontró con Jin, que lo pasó de largo sin prestarle atención.
Al mayor esto le pareció raro, así que fue a las habitaciones para ver qué estaba pasando.

Cuando Tae al fin había salido, se quedó un momento parado, mirando a los lados. No sabía hacia dónde caminar. ¿Derecha o izquierda? Chasqueó su lengua y corrió hacia el lado que le dio la regalada gana, y si encontraba a Kook, iba a ser por suerte y obra del destino.
Eso pensaba mientras corría, esquivando personas hasta que se detuvo, sintiendo su respiración entrecortada, pudiendo notar a lo lejos una silueta conocida, caminó lentamente hasta él.

Kookie parecía estar muerto. El estar frágil y sin fuerzas facilitó a los vándalos para tirarlo y golpearlo.

Sin embargo, él no se podía quedar así, no se podía mostrar frágil.

En un rápido movimiento le dio un fuerte puñetazo a uno de los vándalos, tirándolo al suelo. Los demás al ver esto, se lanzaron sobre Kookie sin que éste pudiera hacer algo para alejarlos de él.

Tae sorprendido al ver lo que sucedía, corrió hasta ellos y se detuvo a unos cuántos centímetros.

— ¡Basta! ¡Déjenlo! — Gritó fuerte para que le hicieran caso.

Los chicos lo miraron y Kook sólo bajó la mirada.

— Ándate de aquí, niñato, no es asunto tuyo — dijo uno de ellos con risa irónica —.

— ¿Y qué si sí? — Alzó una ceja Tae.

— Vaya, vaya, quiere jugar rudo — aventaron a Kook en la cortinilla de un local y fueron hasta Tae, el cuál retrocedía varios pasos —.

Kookie lo miraba con dolor, no un dolor físico, sino sentimental. No podía olvidar aquello.

— Tae... — Pronunció con dificultad Kookie, negando con su cabeza.