Capítulo 12.

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Capítulo 12

El chico estaba inmóvil, pero con una sonrisa estampada en la cara. Maldición, el primer día que regreso de Mina y ya Belial está detrás de mí de nuevo.

¿No fuiste la que deseaste un poco de acción, en primer lugar? –Me recordó mi subconsciente.

Era broma.

–¿Acaso estabas tan asustada de mi amenaza que regresaste a tu casita? Lanzó una carcajada estruendosa. –Es una lástima que no tenga el suficiente poder aquí como para poseer este cuerpo por completo, pero tenía muchas ganas de verte. Mi brazo aún no se recupera del todo, el veneno de tu amigo es muy poderoso. Pensaré en devorarlo a él también.

Instintivamente, en mi mano apareció una llamarada de fuego. –Dijiste que no podías entrar a este mundo.

–Sí, es verdad. Pero también dije que casi encontraba la forma de hacerlo. –Ladeó la cabeza. –¿Piensas que puedes lastimarme con eso? Solo le harás daño a este estúpido humano.

Maldición. No puedo hacer nada mientras esté allí dentro.

–Tranquila, ya me iba. Nos vemos en otra ocasión...y será para devorarte. –Y en un abrir y cerrar de ojos, el cuerpo desfallecido de Matt cayó al suelo.

–Dios. –Corrí a donde estaba. Lo tomé entre mis brazos y tenía la piel enrojecida, como si estuviera a punto de quemarse. –Ey, ¿Estás bien? –Zarandeé su cuerpo pero seguía sin moverse.

Maldición.

Pero poco a poco, gracias al cielo, comenzó a quejarse y a abrir los ojos. –Ey. –Lo ayudé a levantarse. –¿Estás bien?

Se quejó entre dientes y tomó su cabeza con sus manos. –Dios, que dolor. –Clavó su mirada en mí con un perfecto semblante de confusión. –¿Y tú quién eres?

Parpadeé varias veces. Nos acabábamos de conocer hace menos de cinco minutos y me pregunta quién soy.

Oh, puede ser que tenga que ver con lo de Belial dentro de su cuerpo. Le di mi mejor sonrisa amigable para que no pensara que era extraña. Más extraña que él.

–Me llamo Clea. Clea Lodge. Salí y estabas aquí, tirado. No parecías herido pero aun así no reaccionabas.

El pareció aún más confundido. –Qué extraño, ni siquiera recuerdo que venía a hacer aquí. –Me miró, parpadeando varias veces. –¿En dónde vives?

Magos de Mina: Belial, príncipe del infierno. (Libro #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora