Capítulo 11
El molesto despertador comenzó a chillar como cerdo degollado a las siete de la mañana. De mala gana, me desenrollé de mis sábanas y le tiré una de mis pantuflas para apagarlo. Abrí mis ojos y estaba en mi habitación; mi techo pintando de azul con nubes, mis paredes rosa pastel y mi cama pequeña con cobijas de algodón; todo a la normalidad.
Anoche cuando le pedí a Ryder que me trajera, el pareció muy triste. Soy una arruina momentos. Nos habíamos besado con tanta intensidad, con tanto salvajismo que aún me dolía la cabeza de los halones de cabello que me dio, pero me gustaba el dolor; así recordaría que él estuvo tocándome.
Pero aún me sentía mal; ¿Por qué no me pide que sea su novia? ¿Acaso no soy lo suficientemente buena para él? ¿Qué hace falta en mí? No debería estar haciéndome ilusiones. ¿Por qué me besa, entonces? ¿Qué rayos pasa con él?
¿En qué momento fue capaz de nublarme los sentidos?
–Clea, cariño. Baja a comer. –La voz de mi madre detrás de la puerta me volvió a la realidad. Debía ir a la escuela y encontrar la forma de recuperar el tiempo que perdí. Me quitaba un peso de encima sabiendo que mis padres no notaban cuando me iba a Mina, no importaba el momento que fuese.
Media hora después, estaba sentada en la mesa desayunando con mis padres y Carter. Este último, como siempre, tenía cara de pocos amigos.
Esto realmente era aburrido; el silencio, la tranquilidad...que rápido me acostumbré al ajetreo de Mina.
–Faltan solo tres semanas para tu graduación de secundaria, cariño. –Mi padre sonrió de oreja a oreja. –¿Ya decidiste a que universidad vas a ir?
–Me quedaré aquí. Estudiaré en la NYU.
Mi madre sonrió. –Es grandioso que hayas decidido quedarte y estudiar en mi alma máter. Tienes muchas ofertas en otras universidades, ¿No es así?
Carter tiró los cubiertos en el plato y se levantó bruscamente. –Me iré a entrenar. –Tomó su chaqueta y salió como alma que lleva el diablo por la puerta.
Mi padre sacudió la cabeza. –Gracias al cielo tu seguirás buenos pasos, Clea. –Mi madre le tomó la mano.
–No hay que perder las esperanzas con Carter. Algún día tiene que sentar cabeza.
**
Al llegar a la escuela, Maia me esperaba en frente de mi casillero, que estaba justo al lado del mío. Al verme, sus ojos se iluminaron y me echó los brazos al cuello.
–¡Dios, Clea! Por fin regresaste. –Suspiró y luego abrió los ojos desmesuradamente. –¡¿Qué te pasó en el cabello?! ¡Ahora eres castaña! Y tus ojos...
–Ey, chica. Déjame respirar. –Ella, a regañadientes, me devolvió el oxígeno. Tomé un mechón de cabello castaño y lo enredé en mi dedo índice. –Es una larga historia
–Dios, ¿Qué tan larga puede ser? Creéme, estaba muy preocupada. Dijiste que ibas a ir a Mina luego de la graduación, ¿Qué sucedió? Bueno, es obvio que tiene que ver con la visita de Ryder.
Le sonreí. Realmente era una historia larguísima.
–Ey. –Tomó mis manos. –Las quemaduras que te hiciste con el agua hirviendo ya no están.
–Sí, desaparecieron, ¿No? –Si tan solo supiera todo por lo que tuve que pasar.
Maia puso los ojos en blanco. –Seguramente tiene que ver con Mina, ¿No es así?
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Magos de Mina: Belial, príncipe del infierno. (Libro #2)
FantasíaMe vi a mi misma en una especie de habitación blanca. No veía techo, ni paredes, pero estaba de pie en algo sólido. Miré mis manos; seguían estando llenas de ampollas, pero aun así me sentía demasiado irreal. Pero repentinamente, frente a mí, comen...