Capítulo 23
No podía ser posible. Esa mujer no podía ser la hermana de Ryder.
-Pero ella…-Mi voz de cortó. No estaba entendiendo nada de lo que estaba sucediendo. Ryder me dijo que ella estaba incapacitada.
En ese momento, entró al lugar la Sra. Kane, con su postura
imponente y su cabello azul atado en una cola. Lanzó una pequeña mirada hacia donde estábamos nosotros y solo por un momento quise arrodillarme y pedirle perdón. Se acercó a mí y extrañamente, me sonrió. Su vestido negro se confundía con su capa y me sacaba unas cuantas cabezas de altura. Era realmente intimidante.
-Clea. -La manera en que dijo mi nombre me hizo temblar. -Quiero pedir disculpas en nombre de La Casa de La Unión por la actitud de mi esposo. -Me dedicó una suave sonrisa. -Como nueva directora de La Casa de La Unión te prometo que no volverá a suceder una cosa así.
Tuve que parpadear unas cuantas veces a ver si esto era un sueño. -¿Nueva directora?
Me sonrió una última vez antes de volverse a su familia. -Hace algún tiempo desde que no estábamos juntos, familia.
-Keira -Marcos se dirigió a su esposa. -¿Qué hiciste?
-Lo que tú no hiciste. -Le contestó la Sra. Kane con una mirada de odio. -Lo que debiste haber hecho hace tiempo. -Se le acercó unos pasos más. -Haz sido revocado de tu puesto como director y se me ha sido asignado a mí. -Sonrió. -Llévenselo. -Unos cuantos magos altos y musculosos entraron y se llevaron a Marcos en contra de su voluntad. Jeff, Erika y yo solo estábamos allí patidifusos presenciando la escena.
Fijé mi mirada en Ryder. Estaba aún en completo shock, inmóvil. Remir lo miró y le sonrió. Se acercó a él y le dijo algo que no logré escuchar. Ryder parpadeó para reprimir las lágrimas y le echó los brazos al cuello. Aunque Remir era alta e imponente, Ryder era aún más alto que ella. Pude ver a Remir sonreír mientras se apretujaba aún más al pecho de Ryder.
Miré a Erika y a Jeff; estaban también al borde de las lágrimas. Hasta yo sentía como mis ojos escocían. Ryder estaba feliz y eso era lo único que me importaba. Aunque su felicidad no era por mi causa, aún era válido.
***
Me fui a mi habitación.
Los magos de La Casa de La Unión estaban fuera festejando la salida de Marcos y el regreso de Remir. A nadie parecía caerle bien Marcos.
Les dije a Erika y a Jeff que me cubrieran. No me sentía con ganas de festejar. Aunque estaba contenta por Ryder, quería estar un momento a solas para pensar. Me encontraría con el luego, lo que más necesita ahora es pasar tiempo con Remir.
Me miré en el espejo de cuerpo completo; estaba destruida, como siempre. Mi cabello castaño estaba enmarañado y mis ropas y mis zapatos estaban llenos de lodo. Me quité la capa y la arrojé al piso con el resto de mi ropa. Tomé una toalla y me envolví en ella. En ese preciso momento, escucho que tocan mi puerta. Sin prestar mucha atención dije un "adelante".
Era Rocío.
Me alegró mucho verla caminando. Me sonrió y se acercó a abrazarme.
-Me alegra tanto que estés bien. -Le dije, sonriendo.
Ella asintió. -Estás un poco sucia. -Ambas reímos. -Sólo quería ver como estabas. Alex no me dejaba salir de mi habitación. -Hizo un puchero.
-Estaba muy preocupado por ti. -Le dije. -Me alegra que ya puedas caminar.
-Acabo de ver a Alex. -Me dijo. Comenzó a relamerse los labios. -Me contó lo de…Remir. ¿Tú la viste?
Comencé a doblar mi ropa. -Sí, bueno. -Me encogí de hombros. -Ella es realmente genial. -Rocío se cruzó de brazos y me escudriñó con la mirada.
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Magos de Mina: Belial, príncipe del infierno. (Libro #2)
FantasyMe vi a mi misma en una especie de habitación blanca. No veía techo, ni paredes, pero estaba de pie en algo sólido. Miré mis manos; seguían estando llenas de ampollas, pero aun así me sentía demasiado irreal. Pero repentinamente, frente a mí, comen...