Capítulo 14.

2.4K 285 14
                                    

Capítulo 14

Le conté a Maia que Brittany me había invitado a su fiesta mañana en la noche y ella me dijo, muy sorprendida, que también había sido invitada.

–Hay algo muy raro en eso. –Dijo Maia, acariciando su barba inexistente. Luego se encogió de hombros. –Iré solo porque Travis me lo pidió muy amablemente.

Parpadeé varias veces. – ¿Invitó a Travis? –Maia asintió, con un semblante de molestia.

–Son compañeros de mesa en química. Creéme, no me agrada que mi novio pase tiempo tan cerca de alguien como ella. Pero hago el esfuerzo. –Le di palmaditas en la espalda.

–Travis es un buen chico. –Maia puso una expresión soñadora.

–Lo es, ¿No? –Sacudí la cabeza.

–Es un buen chico capaz de soportarte. Si fueras mi novia, ya te hubiese dado en una rifa. –Reprimió la risa y se hizo la dolida.

–Clea, eres una perra.

–Tú también. –Le dije con una sonrisa.

Cerró su casillero de golpe. –Ahora que recuerdo. ¿Qué chico vino contigo a la escuela? –Ladeé la cabeza.

– ¿Cómo sabes que vine con un chico a la escuela? –Maia peinó su flequillo. Realmente, Maia sabe cualquiera cotilleo en un radio de 300m.

–Cariño, yo sé todo lo que sucede en Roswood. –Me señaló con la barbilla. – ¿Era Ryder? Según las descripciones que he oído, ningún chico de por estos lados puede ser así tan guapo.

Me hice la inocente. –Bueno...

– ¡Eres una maldita suertuda, Clea! –Chilló Maia, dando saltitos. – ¿Ya son novios?

–Es...difícil. –Suspiré. –Tenías razón, tuvo una relación en el pasado muy difícil con una chica.

Maia ladeó la cabeza. – ¿Lo traicionó? –Sacudí la cabeza de un lado a otro muy lento, pensando en la razón.

–Su hermana la mató. –Maia se quedó con la boca abierta, literalmente.

–Oh. –Murmuró. –Eso es...fuerte.

–Sí. –Concordé. –Está aún muy lastimado y le es difícil tener un compromiso. Le dije que lo ayudaría y que esperaría a que estuviera listo.

Maia me sonrió. –Hiciste lo correcto. –Enredó su brazo con el mío y nos dirigimos a la primera clase del día; química.

**

Cuando terminó la horrible y larga espera, me encontraba de pie en la entrada de la escuela esperando a Ryder. Eran las tres y media y no lo veía por ningún lado, hasta que llegó en mi camaro a toda velocidad y se detuvo justo a mi lado.

Bajó la ventanilla del piloto y me dedicó una mirada lasciva.

–Disculpa la tardanza, cariño. El tráfico aquí es algo horrible. –Dijo, con una pizca de sarcasmo. Reí y sacudí la cabeza, feliz, porque lo veía muy a gusto y parecía sonreír de verdad.

Rodeé el auto y me senté de copiloto. Mi auto olía a perfume y a vainilla, extrañamente. Y era realmente extraño porque mi perfume no era de vainilla.

Comencé a olfatear todo cuando Ryder arrancó. –¿Qué huele así? –Ryder lanzó una risita silenciosa. Se veía tan sexy manejando con una sola mano, como si lo hiciera todos los días.

¿Cómo carajos conduce, si me dijo que no sabía hacerlo?

– ¿Cuándo aprendiste a conducir? –Se encogió de hombros.

Magos de Mina: Belial, príncipe del infierno. (Libro #2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora