Capitulo 11

22 4 1
                                    

POL

Me siento en las nubes, no me lo puedo creer, la diosa de Priscila se ha rendido a mis besos, su boca sabia a frambuesa con chocolate. Después del beso en el baño comprendí que tenía una mínima esperanza con ella. Tenía mucho miedo que aún siguiera enamorada de su esposo, aunque sea algo ilógico, no la conocía tanto como para fiarme cien por cien de ella.

Primero no sabia si besarle, pero si sabía que en el momento que nos encontráramos solos algo iba a pasar entre nosotros, y pasó...

Tengo que decir que mis labios besaron muchas bocas pero ninguna sabia tan rica como la de Priscila. Su mirada me mataba, esos ojos tan azules y grandes me enloquecían, como tantas cosa más, su pelo rubio y largo, su cuerpo escultural, su olor que sabia a jazmín y su dulce voz que me tenía enamorado. Veía en ella algo que no lo podía explicar con palabras, solo sentía la necesidad de hacerlo a través de su contacto, pero su mirada, su mirada me decía muchas cosas, hablaba por si sola, sus ojos me decían que tenía miedo, me decían que necesitaba ayuda y que necesitaba desahogar su pasado. 

A veces quería preguntar más de lo debido pero su mirada me imponía y hacía que me echara para atrás. Algunas veces la veía muy triste, pero otras como esta mañana la veía feliz, no es para menos después de haber vivido aquel infierno con su marido y eso que yo solo sé la cuarta parte de lo que sucedió. 

Debió de ser muy duro el trance que le toco vivir y debió ser muy fuerte para aguantar tantos desaires de ese hombre, no quiero ni imaginarlo.

Lo que si tenía claro que poco a poco volveré hacer que apueste en el amor, porque si cree que después del beso, de telenovela venezolana, que nos dimos en el cuarto de baño se va a librar de mi, esta equivocada. No le sera tan fácil de deshacerse de este servidor, se a donde vive, a donde trabaja y a donde duerme.

Temía un rechazo de ella, pero me correspondió y creo que si no me hubiera echado del baño allí hubiera pasado cualquier cosas. Desgraciadamente tenía que marcharme a trabajar y me tuve que ir sin despedirme de ella como yo quería, pero bueno tendremos más tiempo para intimidad.

Trataré de comportarme como un caballero y no haré nada de lo que ella no quiera, pero por lo que puedo ver a ella le hace tanta gracia como a mi todo este rollito.

Solo espero que esto no sea algo pasajero para ella, o que quiera agarrarse a un clavo ardiendo, espero que sea el comienzo de algo bonito para los dos.

Por mi parte me estoy enamorando de ella hasta las trancas, aunque nunca deje de amarla, siempre mi corazón me dijo que ella volvería a mis brazos y ahora que le tengo no le soltaré por nada del mundo. 

Ahora tengo dos opciones; una es que ella esta noche pase de mi culo y me mande a la mierda, o que quiera intentarlo otra vez.

-----------------------------------------------

PRISCILA

Me lavo los dientes, me cepillo el pelo y salgo a toda leche a trabajar, creo que hacerme la novia me hizo perder tiempo y llegaré tarde al curro.

Por los pelos llego a tiempo para fichar mi horario de entrada y tan solo llegar mi jefe me dice que quiere que vaya a la oficina a hablar con él. Los nervios empiezan a correr por mi cuerpo, a saber que querrá este hombre, me incomoda muchísimo ya que siento que le gusto y eso me altera más.

-Permiso -digo antes de entrar y este me deja pasar -¿Querías hablar conmigo?

-Si, pasa y cierra la puerta que tenemos que hablar de algo importante -en el momento que me dijo que cerrara la puerta me puse aún más nerviosa.

-Tu dirás -trate de que me vea segura.

-La semana que viene tendremos que viajar al extranjero en busca de material para la empresa, como sabes que somos una empresa internacional, nosotros hacemos compras  fuera de España y como te encargas de las compra tendrás que venir con nosotros.

-¿Con nosotros? -Pregunto.

-Si, iremos tu, la chica de recurso humanos, la abogada y yo, aparte de comprar material quiero hacer unas inversiones.

-¡¡Genial!! -digo ya aliviada porque no íbamos los dos solos - ¿Y cuándo? ¿A dónde?

-Nos iríamos el miércoles y volveríamos el sábado para que el lunes podamos trabajar y nos iremos a Estados Unidos ¿Qué te parece?

-¡¿A Estados Unidos?! -pregunte asombrada, un fuego me subía por todo el cuerpo.

-Sii, hay unos yanquis que están interesados en abrir una franquicia allí y como tu has vivido desde pequeña en Norte América y hablas a la perfección el idioma, me vendrás de lujo. ¿Puedo contar contigo?

Los nervios se habían apoderado de mi, lo ultimo que yo quería hacer era volver a Estados Unidos, allí me toco vivir los peores momentos de mi vida, el día que decidí salir de allí me lleve una decepción tremenda, la gente me aborrecía porque creían que yo había matado a mi marido. Y tampoco era tan solo eso, sino que todo el mundo me conocía, era una persona publica y después de la tragedia de Dukan aun me recordaban más y con desprecio. 

Pero como le digo yo a este hombre que no quiero viajar allí, que cuando entre me reconocerán y ellos se enteraran de mi vida. Llevo muy poco tiempo en la empresa y todos me han cogido cariño, como para decirles que no quería ir. No se que hacer  realmente, no quiero perder mi trabajo, me gusta mucho, pero tampoco puedo vivir así toda mi vida con este miedo, tengo que afrontarlo de una puñetera vez. ¡¡Que sea lo que Dios quiera!!

La mirada de Priscila (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora