Capitulo 34

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Poco a poco las cosas se iban calmando e iban volviendo a su sitio. Vanesa estaba mimada por todo el mundo e incluso Emanuel la valoraba más que nunca. El secuestro había unido mucho más a la parejita y estaban saliendo como novios, en toda regla.

A lo que se refiere a mi, yo seguía con el susto en mi cuerpo, no estaba tranquila sabiendo que ese hombre estaba por ahí suelto, lo soñaba todas las noches y cada vez que veía alguién con su misma fisionomía me creía que era él. 

Valeria lo llevaba mejor que yo, había demostrado que era una mujer con mucha fuerza, cada tanto recordaba lo sucedido pero no le quitaba el sueño, lo único que ella soñaba era en casarse con Emanuel. 

Pol era un pilar fundamental en mi vida, aveces por las noches me visitaba para dormir en mi cama, me sentía aliviada ya que tenia mucho miedo. Su trabajo era de veinticuatro por cuarenta y ocho, osea trabajaba veinticuatro horas y descansaba cuarenta y ocho. En realidad descansar lo que se dice descansar, no descansaba, ya que yo lo exprimía en la cama. Él quería instalarse en mi casa de una puñetera vez, pero yo no estaba preparada del todo, pero el muy listo, poco a poco se iba llevando sus cosas a mi apartamento sin que yo me diera cuenta, era absurdo porque yo ya le había pillado el truco, "que si me dejo el cepillo de dientes, que si me dejo en la cesta de ropa sucia un bóxer, una camiseta, que si tengo un desodorante en el botiquín de baño, etc, etc, etc". Tengo que reconocer que me gustaba esta distracción de olvidarse sus cosas en mi casa eso me hacía pensar que en cualquier momento no se ira jamás.

Le quería demasiado hasta llego a decir que le amaba, mi corazón había resucitado de las cenizas que quedaron del incendio de la muerte de mi difunto marido. Con él volvía a tener vida, me sentía una gran mujer porque él me valoraba. Vivía un cuento de hadas, nuestro amor era mágico, pero como todo cuento siempre hay un malo y ese estaba suelto por la calle, a saber Dios donde. 

Después del secuestro conté a todo el mundo lo que había pasado con ese hombre en mi pasado, era una manera que entendieran porque me quería hacer daño. Ya todo el mundo sabía que por dentro estaba seca, así me sentía yo, seca. Sé que todos me tenían lastima y esa no era la imagen que yo quería dar, pero debía desahogarme de una vez.

Pol me amaba por sobre todas las cosas y siempre insistía que nos fuéramos a vivir a África con sus padres y que montáramos nuestra acogida para niños desamparados. La idea no me fastidiaba al contrario me gustaba mucho, si aquel hombre y su hermano me quitaron la posibilidad de ser mamá, ahora Dios me estaba dando la oportunidad de serlo con quien más lo necesitan.

Algunos día me levantaba con ganas de irme lejos con Pol y cometer la aventura más preciosa de ser madre, pero otros me levantaba con ganas de morirme, no me sentía bien conmigo misma, me sentía culpable por la muerte de mis padres y por la mala situación que paso Valeria. Temía por mis abuelos ya que eran unos de los blancos preferido de ese hombre para atacarme y si a ellos también le pasara algo, me moriría. Yo no era tan fuerte como aparentaba ser, era una miedica que temía hasta mi propia sombra. Todo sería maravilloso si algún día me tocaran la puerta y me dijeran que han atrapado a Frank y mucho más si lo han matado. Temía a cada llamada de teléfono con número oculto, temía que me espiaran por la noche y temía que me siguieran durante el día. Algo debía hacer con mi vida, no podía estar a pastillas siempre y desahogarme en el sexo porque agobiaría a Pol, aunque con lo del sexo Pol no se agobia.

Una noche que estaba sola en mi casa decidí entrar en Internet e informarme de los niños del África, me quede paralizada pensando como podía ser tan egoísta y tener tanto dinero y no compartirlo con ellos, se que no solucionara el hambre de todos, pero si que ayudaría a muchos. Mis problemas eran pequeños a la comparación de los que tenían esos pobres niños. Eso no quiere decir que la muerte de mis padres no sean tan importante, sino que hacerme problema por una persona que a lo mejor no vuelva a ver nuca más en mi vida, me refiero a Fank.

La mirada de Priscila (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora