Capitulo 12

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Después de aquel beso, no sabía cómo  iba a mirar a la cara a Pol, o que diablos le iba a decir, pero la verdad en estos momentos solo me preocupa saber si mis padres se encuentran bien y que fue de esa misteriosa mujer. Y encima por si fuera poco, se me atribuye el viaje a Estados Unidos, no se como aún estoy en pie con tanto estrés, al final Pol y mi abuela tienen razón estoy quedando huesos.

Mi jornada laboral a acabado y he llamado a Valeria para que quedemos a tomar algo para hablar, necesito urgentemente desahogarme con alguien o voy a estallar.

Como siempre ella estaba allí al pie del cañón, nunca fallaba, yo creo que si ayer le llamaba porque la necesitaba hubiera venido corriendo a pesar de estar con Emanuel, tampoco es plan que la pobre desaproveche el encuentro con su chico.

Nos sentamos en el bar donde siempre, empezamos a dar nuestras charlas, pedimos unos refrescos bien frío y unas patas bravas, al final le hice caso a Pol y estoy apunto de tomar una Coca-Cola y unas patatas precocinadas bien picantes, eso si a la bebida la pedí light.

Después de contarle todo lo sucedido a mi amiga, lloramos como dos locas, ella sufría tanto como yo por mi desgracia. Necesitaba que me diera un consejo y como lo veía ella de fuera.

Su respuesta fue que lo veía muy negro, pero que no podía bajar los brazos; a lo que se refiere al trabajo me dijo que debía enfrentar a los miedos, que a lo mejor estaba en mi cabeza que todo el mundo me iba a reconocer, que la gente habla mucho de un acontecimiento pero luego aparece otro y se olvidan del anterior... Eso es verdad...
Lo que pasó con Pol le alegro mucho y ella dijo que sabía que tarde o temprano iba a suceder, se disculpó por la interrupción en la cocina, qué boba.
Y sobre lo de mi madre y la aparición de esa paciente, lo vio bastante chungo, ella cree que esa mujer mato a mi marido por despecho, la verdad yo no lo tengo tan claro que haya sido ella.

En fin resumiendo, lo que me quiso decir es que coja al toro por los cuernos y que sea lo que Dios quiera, tanto por lo de Pol, por lo del viaje y por lo de esa atrevida mujer.

La verdad me sentía como más aliviada, es increíble lo bien que sienta desahogarse.

Siempre le decía a mi madre que como podía la gente gastarse tanto dinero en psicólogos​, que era una perdida de tiempo, que les tomaban el pelo a la gente, me parecía ridículo que contarás tus cosas a un extraño. Ella se enfadaba mucho porque ese era su trabajo y bien buena era porque tenia muchísimos pacientes, hasta qué pasó lo del asesinato de Dukan, la gente dejo de ir a sus consultas. Me sabía muy mal que por mi culpa ellos tuvieran que ser arrastrados a la masacre del los medios y del peor juzgado que era la gente.

Pero nosotros los seres humanos necesitamos depender de alguien aunque no lo aceptemos, no podemos vivir en soledad y no contar nuestros problemas a nadie, nos ahogariamos en nuestras lágrimas y acabaríamos en suicidio.

Llegamos a casa y Pol estaba preparando la cena, había hecho merluza al horno con una ensalada de lechuga, tomate, cebolla, maíz dulce, zanahoria rallada, olivas y una jarra de agua en el centro de la mesa, de todo lo que más me sorprendía era que no había Coca-Cola.

Valeria chilló: 

-¡Pero buenoooo! ¡¿Esto que eeeeeessss? ¿de cuando tú comes tan sano? Veo que Priscila en tan poco tiempo ha hecho lo que varias han intentado hacer durante años.

-¿Y que han intentado, según tú? ¿que yo haga la cena?

-Nooo querido... Enamorarte...

Pol se puso colorado y yo no sabía a dónde meterme, Valeria cogió un trocito de pan y untó en la ensalada, lanzó la bomba y luego se hizo la loca.

La mirada de Priscila (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora