Capitulo 8

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Me encuentro parada en frente de varias cajas, esto de mudarme no se me da muy bien, no se en que momento he acumulado tantas cajas, sin tan solo hace dos meses me he instalado en España, cuando llegué solo tenía seis maletas y hoy me encuentro con siete cajas más.

En estos momentos me siento totalmente resignada, he aceptado compartir piso con Pol y no se si eso será conveniente para mi salud o conveniente para él, creo que no estoy preparada para enamorarme y mucho menos para que alguien me quiera de verdad.

¡¡A lo hecho pecho!! Respiro hondo, llamo a la puerta de la casa de Pol, que en unos minutos será mía y me emociono porque mi vida vuelve a sentir ilusión.

Pol me abre la puerta y como siempre tan cordial me saluda, coge las cajas que llevo en mis manos y me dice:

-¡Adelante a tu casa! -Entro, miro a mi alrededor, mientras él me dice que le disculpe que te tiene a su jefe en el teléfono, yo le digo que no se preocupe y que continúe con sus cosas. El apartamento era precioso, moderno, amplio con un toque contemporáneo, ¡Me encanta!, De repente siento como por mis venas comienzan otra vez a correr sangre.

Al entrar hay un recibidor tipo consola con un espejo redondo, sobre la mesa hay un buda y en los costados le está acompañando  dos negritas africanas, muy delgadas y preciosas. Unos pasos más adelante se encontraban dos sofá blancos de piel y la pared de fondo está pintada de negro, en medio un centro de mesa hecha con palets blanco y de base un cristal con fotos de sus padres, de los míos, mis tíos, mis primos y fotos mías cuando tenía once años, eso me impacto de una manera que me quede con la boca abierta. Me arrodille sobre la alfombra negra y gigante, acaricie la foto de mis padres tras el cristal y una lágrima se asomó por mis mejillas emocionada.

-Esto lo que más amo de esta casa -Me dijo Pol parado en el umbral de la puerta con el teléfono en la mano, ya había acabado de hablar con su jefe, levante mi mirada, seque mis lágrimas y le regalé una sonrisa. Me miro con ternura y yo en ese instante al verle con su mechón de pelo caer por su cara y con su dulce sonrisa, me enamoré de él -Todos los que están en esas fotos son mi familia y tú formas parte de ella - Me dijo mirándome a los ojos, nadie me ha mirado de esa forma tan generosa, sincera y sutil.

-¡Son preciosas las fotos!, me he enamorado -dije con ironía.

-¡¿De mi te has enamorado?!

-Jajajaja -Solté una carcajada -¡Noo, de las fotos! Jajajaja -Volví a reír.

-Me encanta verte sonreír, tu belleza se ilumina, te pones muy fea cuando estás triste, se te arruga la frente.

-¡Mientes, uso cremas para las arrugas! -digo coqueteando.

-¡A ver! -Se acercó a mí, se arrodilló a mi lado y me acarició la cara con los nudillos de su manos y cerré mis ojos disfrutando el momento de esas caricias -¿Por qué cierras los ojos? -Me pregunta.

-Porque los últimos nudillos que vieron mi cara, fueron los puño cerrado de mi marido... Necesitaba volver a sentir una caricia de verdad.

-Escúchame una cosa... Mientras yo viva jamás nadie volverá a tocarte, nadie más te hará daño... Yo arrancaré ese dolor que llevas dentro y haré que esas arrugas rejuvenezcan -Y rió y yo también lo hice junto a él -Priscila, llegará el día que podrás borrar todo ese horror porque siempre se empieza de nuevo, nada es imposible y yo seré el que se encargue de intentar que vuelvas a vivir -Sentí una presión en el pecho que no podía respirar. De repente tocan el timbre y me dice:

-¡Te salvo la campana!

¿A dónde estaba este hombre?, no sabía que existía, pensé que el niño de once años seguía siendo pequeño, no sabía que se había convertido en ese hombre tan maravilloso. Le quiero y quiero sentirle en mi, mis ojos no volverán a ver a otro hombre de la misma manera, mi corazón está volviendo a sentir, mi cuerpo está pidiendo a gritos una alegría y mi alma a encontrado su otra mitad.

La mirada de Priscila (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora