La mirada de Priscila (Terminada)

Capitulo 37

Estábamos cómodamente sentados en la terraza de un bar, cuando de repente vemos que venían Valeria y  Emanuel, muy enamorados de la mano. Me alegraba que vinieran, pero si ellos estaban aquí con nosotros no podre hablar con Pol y mucho menos podré entregarle la carta. Por una parte me dio rabia ya que estaba decidida a contarlo todo, me cortaron un poco el rollo y por otra parte me sacaban un peso de encima, para no decirle nada porque estaba demasiado cagadita.

-¡Holaa!, ¿qué hacéis?, ¡os cortáis solos, no nos habéis invitado a desayunar! - dijo Valeria.

-Estamos despidiendo la soltería -le conteste.

-¡Si interrumpimos nos marchamos! -dijo Ema.

-¡Como crees! -dijo Pol invitándolos a quedarse, era evidente que hoy no iba a ser el día para contarle todo la verdad.

Mi mente estaba en otra galaxia, ellos hablaban sin parar y la verdad no me enteraba mucho de lo que decían, sentía una angustia en mi pecho, me sentía rara, como si tuviera un presentimiento de que algo malo iba a pasar.

Pensé en mis padres, les recordé con cariño y en un instante recordé cuando era niña y mis padres me llevaban al parque. No entendía porque me había entrado esa nostalgia, miraba a Pol con amor y sentía que era lo mejor que me había pasado en la vida, luego mire a Valeria y a Emanuel y los vi más felices que nunca, eso me llenaba de satisfacción. Estaba sintiendo sensaciones raras, como cuando una persona se traslada a vivir a otro sitio y se despide.

En un momento que Valeria fue al lavabo y Emanuel la acompañó, no la dejaba sola, ni a sol, ni a sombra. Aproveche para decirle a Pol que no se olvidara que quería hablar con él, que no me iba a ir a casa sin que tuviéramos una conversación. Le exigí que por favor no les invitara a su casa porque me enfadaría.

-¿Y qué vais a hacer ahora? -preguntó Ema.

-Follar -Contesté con mala leche. Los tres me miraron con una cara de circunstancia por mi contestación tan borde, luego les regale una sonrisa falsa.

-Veo que estas muy agobiada -me dijo mi amiga -Estas muy rara, casi no has hablado en toda la mañana, ¿estas bien?

-Si estoy muy bien, solo que estoy un poco nerviosa por lo de la boda, no me hagáis caso se me ha ido la olla. Solo era una broma.

-Os invito que subáis todos a mi casa y miramos que podemos comer -dijo Pol al propósito, porque no le gusto la contestación que le di a nuestros amigos. Yo le mire con una cara, que la verdad tenía ganas de matarlo. Creo que los chicos se dieron cuenta que el ambiente no estaba muy fino.

-No tranquilo, nosotros no podemos ya hemos quedado a comer con mi hermano, el niño y su mujer -dijo Ema.

-¡Quedaros chicos! -dije -No hagáis caso a mi humor ya os he dicho que estoy agobiada por la boda.

-No de verdad Priscila  hemos quedado con ellos, ¡Por ciertooo, mira la hora que es! debemos marcharnos.

-¡¿Yaa?! -pregunto Pol.

-Si -dijo Emanuel.

-Pues nada iré a pagar.

-Te acompaño Pol pagaremos a medias -ambos muchachos se fueron y nos dejaron a las dos sentadas en la terraza.

Valeria cogió el móvil para avisar a sus cuñados que irían en breve, cuando yo me quede mirando hacia el horizonte. Desde lejos vi que alguien venia caminando muy de prisa, era un hombre que llevaba una gorra con visera de color negra, unas gafas de sol oscuras, una camiseta negra y unos texanos de color azul. Me llamo mucho la atención ya que caminaba muy de prisa y se estaba acercando hacía nosotras. Tarde un buen rato para darme cuenta que metió su mano en la cintura y saco una pistola. Abrí mis ojos grandes y grite al reconocer a Frank, Valeria se asusto y a la vez también lo reconoció. Ella se levanto de un sobre salto y callo encima de la silla, me asuste por ella y la cogí del brazo para salir de allí corriendo cuando vi que estaba sangrando. Todo sucedió en unos segundos, no se en que momento Frank estaba a mi lado apuntándome con el revolver. Me asuste muchísimo, él se quito las gafas y me miro a los ojos sin ni siquiera mirar a Valeria que estaba en el suelo sangrando, y me dijo: