Capitulo 36

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Al final termine confesando a Valeria que su secreto no lo sabía solo ella y yo, sino que también lo sabía Pol. No le disgusto saber que Pol estaba informado del tema, al contrario se sentía protegida ya que él la apoyaba en la decisión que tomara.

Ahora lo que Vale necesita es que estemos a su lado y yo quiero que ella sepa que puede contar con nosotros.

Por mi parte me estoy mentalizando que el niño que viene en camino, o niña, indiferentemente del padre que fuera, no será un problema para mi, ese punto lo estoy sacando de mi cabeza y lo he bloqueado para siempre. Será el hijo de mi mejor amiga, no el hijo del hombre que nos hizo tanto daño.

Valeria decidió contarle todo a Emanuel, este al principio se quedó en shock, decía que esperarían a que naciera y verían quien realmente era su padre, pero que le daba igual quien sea, él sería antes los ojos de los demás su papá, pero aunque querríamos tapar el sol con un dedo jamás podríamos. Los cálculos daban que el bebé era de Frank.

Emanuel le dijo que estaría a su lado pase lo que pase, que la amaba demasiado para perderle y criarían al niño como una familia feliz, solo que le puso la condición de que jamás le dijera que él no era su padre, que el secreto se quedaría con nosotros cuatro. Y así será.

Parecía que la noticia del bebé de Valeria no le había causado mucho problema a Emanuel, al contrario estaba contento porque decía que era su hijo, claro esta que sin olvidar lo pasado. 

La noticia para todo el mundo fue como una luz, ella tuvo que mentir y decir que cuando estaba con Frank ella se cuidaba y que cuando estaba con Emanuel no, para que nadie sospechara nada, todo el mundo se había tragado el cuento chino que ella se había inventado.

El día de mi boda se acercaba y con tantas cosas que ocurrían a mi alrededor no me daba cuenta que mi casamiento estaba a la vuelta de la esquina.

Llevaba encima demasiado estrés, los preparativos de la fiesta, los detalles, mi vestido, lo del embarazo de Valeria, mis continuas pesadillas, el viaje, la construcción de mi casa en el extranjero, las adopciones y sobre todo el miedo que tenía en mi cuerpo por aquel mal hombre.

En varias ocasiones soñaba que él aparecía en mi boda para matarme, en otras soñaba que me casaba con él y la ultima soñé con Dukan. Creía que lo de mi difunto marido lo había superado pero no era así. Había un cabo suelto y era  ¿quién había matado a Dukan?

Después del secuestro de Valeria concurría a la iglesia todos los días, le había prometido a Dios que si salvaba a mi amiga lo visitaría más seguido. Había cogido un vinculo con el sacerdote de la parroquia y siempre teníamos charlas muy largas donde él me daba clases de moral, la verdad que me servían bastante, es así como acepte lo del embarazo de Valeria. El cura sabía toda mi vida, creo que sabía más él, que  Pol, era como una amiga que le cuentas tus cosas y se lo guardan para ella misma, pero en cura. Él siempre me aconsejaba y me llevaba por el camino de Dios, con la verdad por delante y con mi cabeza firme y sincera. Debo decir que Pol ni siquiera sabia ni la mitad de mi vida y eso me atormentaba porque iba a ser mi marido para toda la vida. El padre Beto (abreviatura de Alberto) siempre hacía hincapié de que debía contarle toda mi verdad a mi futuro marido.

Era un acumulo de cosas, sentía una opresión en el pecho, tenía tantas cosas que contar y tantas cosas que callar, pero como decía el cura: "Una vez que te desahogues sentirás la paz interior que necesitas, te sentirás libre y podrás decir que siempre vas por la vida con la verdad, la única persona que puede juzgarte es Dios y él es bondadoso y te perdonara de todo pecado. No temas al hombre en la tierra teme a la mano de Dios, nunca es tarde para arrepentirse y nunca es tarde para cambiar". 

La mirada de Priscila (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora