Capítulo 41

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*Narra _____*.

Dolió, duele. Temo que haga algo que no debe.

¿Que sucederá ahora?, ¿cómo cambiarán las cosas?, ¿con que cara miro a Tae?.

Preguntas frecuentes se apoderaron de mis pensamientos.

No quería causarle daño a nadie, no otra ves.

— Niña, debo irme—. Me apartó con delicadeza de sus brazos.

Sequé mis lagrimas y sonreí.

— Claro, entiendo.

— Las cosas van a mejorar—. Se levantó y por una inesperada razón esas palabras me tranquilizaron. —Estoy segura de aquello—. Curvó una sonrisa.

— Gracias.

Sonreí y se marchó.

Suspiré y opté por cambiar mi vestido.

Llevarlo puesto no me hacia sentir bien, solo trae recuerdos dolorosos, sobre todo el que estaba viviendo.

Mi madre siempre decía que por algo pasaban las cosas.

Sonreí.

Quizás a futuro ambos hubiéramos sido infelices. Si de algo aprendí de esto, es que no puedo forjar el amor, no puedo obligar a mi corazón a amar a alguién que no sea a quién eligió.

Aúnque sabes... Nada de esto cambiara el cariño y admiración que siento por ti.

Tae, fuiste otra víctima de mis estupideces y lo siento por eso, pero sigo siendo una niña, sigo siendo esa niña adolescente que se enamoró, de Jimin.

Y si tengo que pagar por todo esto al no tenerlo cerca, la afrontaré, con dolor pero lo haré.

Sentí la puerta de la casa abrirse y solté el lápiz que sostenía en mi mano.

Me levanté de la cama para ver si era Tae, pero cuando hiba saliendo de la habitación me detuve.

— Qu-ee hace-s—. Balbucee.

— Algo que debí hacer hace mucho tiempo.

— No entiendo...

Si bien me sobraban las ganas de abrazarlo no podía, mi cuerpo no reaccionaba a mis movimientos.

— Tae fue a mi casa, el...

Lo interrumpí.

— ¿El te dijo que vinieras, no es así?.

— Si... — Soltó una tonelada de aire y sus ojos se tornaron vidriosos al pasar los segundos.

Esos ojos, esas lágrimas, me recordaron a aquel niño de doce años.

— No llores—. Lo abracé. — No llores por mi otra ves.

Sus brazos cubrieron mi espalda, y el color volvió a mi, me corazón latía cómo aquellas veces.

— Vamonos, sí?—. Susurró y me separé.

—De que hablas, Jimin?, ¿Que hay de Tae?.

— El quiere esto también, él fue quien nos junto de nuevo—. Tomó mis manos. —No sientas culpa, tómalo cómo una lección de vida, si no hubiera pasado esto, no hubiera entendido cuanto te amo.

Sonreí y sentí cómo mis mejillas de apoco se ruborizaban.

— Entonces vamonos—. Me encogí de hombros con una sonrisa en mis labios, una sonrisa que ya nadie ni nada podrá borrar.

— Alista tus cosas—. Alzó una ceja.

— ¿Qué?, ¿Ahora?.

— Sí, aver... — Miró el reloj de su mano. —En dos horas más despegará el avión.

Sonreí mordiendo mi labio inferior.

—Entonces ven, ayúdame—. Tomé de su mano y la adentre al cuarto.

Llené mi maleta con distintas prendas, y observaba a Jimin cómo trataba de cerrarla.

— Con más fuerza—. Solté riendo.

— Yo creo que llevas muy pocas cosas—. Soltó sarcástico y por fin la cerro.

Bufó y secó su frente.

— ¿Tu crees?—. Lo abracé por detrás, enrollando mis brazos en su cuello.

Parecía una niña, una niña que por fin encontró lo que le hace feliz.

Sonrió y rodó sus ojos.

Solté una leve carcajada.

—Son bromas—. Besé su mejilla y me alejé para ir en busca de mis audifonos.

Escuché sonar mi celular pero no le tomé demasiada importancia.
—_____—. Volteé a verlo, su rostro cambió al instante y me dió el celular.

MENSAJE.~

Hola, por parte de nuestra agencia, Big Hit, queríamos confirmarle que ha quedado seleccionada para debutar en un grupo de chicas. Tendrá que vitarnos mañana en nuestra agencia, para llegar al acuerdo.

Ante esto, me despido, y muchas felicidades.

¿Había participado en una agencia?, lo había olvidado.

Levanté mi vista hacia los ojos de Jimin.

— Entiendo, es tu sueño y debes seguirlo.

— ¿Hablas enserio?.

— Claro.

Su tono de voz era triste, pero no por mucho.

— Vamonos—. Sonreí.

— ¿He?.

— No importa nada, solo quiero estar contigo.

— Pero es tu...

Lo interrumpí.

— Tu eres todo para mi, si te tengo a ti no me falta nada. Fuiste, eres, y serás lo más importante de mi vida.

Acaricie despacio su mejilla y deposite un corto beso en sus labios.

Sonrió, tomó mi maleta y salió de la habitación.

—Espera un momento—. Me devolví.

doble aquella carta que escribía antes de que llegara Jimin y la dejé arriba de la almohada de Tae.

No podía irme sin que él leyera lo hermoso que es cómo persona, y lo bueno que fue conmigo.

Hasta pronto, Tae.

Sonreí apenas y me marché.

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Eres el estúpido que más amo (Jimin Y Tú) "Editando"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora