– Declaro al acusado culpable. Se levanta el caso. — Llevó su martillo y golpeó, indicando que.
Claro, yo había ganado un caso más.
Mi cliente sonrió satisfecha, salí de la sala. Afuera nos esperaba la prensa.
No estaba de humor, cuando iba a hablar mi celular comenzó a sonar.
Contesté la llamada sin importar quien fuese.
– Lara.— Mi nombre fue pronunciado por mi ex novio y enemigo.
– Frank.— Sonreí, sabía que había escuchado que había ganado dieciocho casos durante los últimos seis días.– ¿A qué debo tu llamada?
– Cariño, quería felicitarte por tu regreso. — Hipócrita.
Solté una pequeña risa irónica.
Camine con pasos lentos y decididos, dejando de lado a la prensa.
– Que va, pues gracias Collins. Pero es un poco tarde ya, a ti te vencí el segundo día que volví. Que yo recuerde no me felicitaste. — Puedo jurar que oí su quijada crujir.– O será que me tienes admiración al haber vencido hoy a García, cosa que tú no habías logrado los últimos dos años que me fui.
Hablé burlona, mientras me acomodaba el cinturón de seguridad.
Oí que suspiró molesto.
– Te admiro lindura.— Perfecto, estaba más que cabreado, lo dijo con los dientes apretados.
– Es grato saberlo, cariño.— Colgué.
Una llamada rara, pero él y yo nos entendemos.
Conduje hacia la casa de Matilde, había prometido visitarla en cuanto acabase con mi trabajo.
Al llegar y estacionar el auto.— Salieron de la casa, las pequeñas luciérnagas.
Corrieron hasta mí, con sonrisas.
Las esperé en mi lugar con los brazos abiertos.
– ¡Lara¡ ¡Te extrañe¡— Hablaron en cuanto las tuve en mis brazos.
Sonreí abiertamente. — Me sentía como en casa, siempre que las miraba sentía que era mi hogar.
– Yo también las extrañe pequeñas.— Camine con ellas a la casa, mientras que Darice se abrazaba a mi cintura y Casey sostenía mi mano.
Matilde nos observaba con una sonrisa, recargada sobre el marco de la puerta.
Me acerque a saludarla, ella también se unió al abrazo. —Se sentía bien ser amada.
– ¡Oh¡, no sabes cuánto te he extrañado. —Exclamó apretujadme como era costumbre de ella.
Las cuatro entramos en la casa entre risas.
(***)
Había pasado toda la tarde con mis personas favoritas, habíamos almorzado, hablado, jugado, y hasta bailado en la sala.
Ahora nos encontrábamos jugando Póker, todas nos mirábamos pensativas.
– Escalera de color.— Dejo sus cartas sobre la mesa, con una sonrisa de victoria atrajo todos los caramelos.
Fruncí los labios y cuando iba a dejar las cartas alguien hablo.
– Escalera real. — Hablo Cass con una gran sonrisa socarrona.
Quitó las manos de Matilde de encima de los caramelos.
Darice y yo soltamos una risotada, al ver la cara incrédula de Matilde. Mientras que la pequeña sonreía como si nada hubiera pasado, disfrutando de un caramelo.
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MI JEFE ES UN PERFECTO Imbécil.|COMPLETA|
ChickLitNUEVA VERSIÓN/EDITADA Lara Bell, es una excelente abogada que trabaja para un reconocido arquitecto. y cuando describo que es reconocido no todo es bueno, ya que es un hombre temperamental al que le gusta meterse en líos ilegales. Killian Vahamonde...