#TREINTA.

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«Capítulo especial/Las mentiras que dijimos»

– No puedo creer que viniéramos hasta Broadway, además ni siquiera me dejaste comprar un croissant.— Killian caminaba refunfuñando mientras comía una de las tres crepas que había comprado.

Rodé lo ojos y me dediqué a buscar entre los camerinos del teatro el que dijera Adams.

Lo había visto actuar, era muy bueno y las chicas se volvían locas por él.

Cierto, era bastante atractivo. Pero yo había visto algo más en su actitud sobre el escenario.

El buscaba entre los espectadores a alguien, su mirada se veía perdida sin una pizca de luz.

Y me preguntaba si Nay me había contado todo...

Tras haber caminado y buscado como desquiciada, pude encontrarlo comiendo nada más y nada menos que un croissant. Esto basto para que Killian caminará a paso rápido hasta él y buscara entre la mesa uno más.

– Mala suerte, amigo todos los de reparto al finalizar vienen por uno o dos. Se acaban en menos de un minuto.

Su voz era fuerte y algo rasposa, Killian lo miró con intensidad para después verme con molestia.

Sonreí un poco, caminé lentamente hasta el actor, este me miró inquisitivamente.— Tenía unos intensos ojos esmeraldas, sus ojos eran ciertamente atractivos y muy envolventes.

– Soy Lara— Extendí mi mano y él dudoso la tomó –Y vengo a que repares el corazón de mi amiga.

Frunció el ceño y poco a poco se deshizo de mi agarre.

–¿De qué hablas? —estaba confundido, mientras tanto Killian seguía comiendo de esas crepas.

– Naydelin Knight. —su cuerpo se tensó notoriamente.

– No quiero hablar de ella, eso quedó en el pasado...— bajó la mirada y tragó saliva. –¿Ella está aquí? — giró su cabeza buscándola por todo el lugar.

Sonreí con ternura al verlo de esa manera.

Al parecer esta misión no será muy complicada.

– Nay no ha venido, sólo quiero saber algo.— Sus ojos estaban abatidos, pero aun así asintió y soltó un pequeño suspiro.– ¿La amas?

Levantó la vista de inmediato y apretó la quijada, en ese momento Killian dejo de comer y centro su atención en Christopher.

– ¿Me preguntas eso?— frunció los labios y por un momento creí que no contestaría. – Si amar no es pensarla cada segundo de mi vida, esperando que me dé una señal que ella me ama. Si amar no es sentir asfixia cuando no está cerca. Yo no sé qué es amarla, por cada locura y ocurrencia, por cada capricho o berrinche. Simplemente si eso no lo es, entonces no sé lo que es amarla.

Mis ojos se cristalizaron, estúpida Naydelin casi puedo asegurar que esto es su culpa.

Él chico está más que colado por ella, solo basta con verlo.

– Pero, en fin ella no siente lo mismo y no puedo forzarla a sentirlo, ni yo puedo sacrificarme hasta desgastarme.

Lo comprendí, ella la había cagado.

Entonces tenía que ser sincera y ayudarles a estos cabezas hueca.

– Ella te ama, pero tiene miedo. Tú sabes de qué, teme que la abandones exactamente como ya lo has hecho.

Christopher me miraba incrédulo.

– Es tu decisión creerme e ir a buscarla antes de que tome un avión directo a las Bahamas con el imbécil de Simón, o quedarte aquí con tu fama y fingir que la loca amiga de Nay nunca te visitó.

MI JEFE ES UN PERFECTO Imbécil.|COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora