# SIETE.

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Maldición.

En lo único que puedo pensar es que he sido tan ciega.

¿Como no pude verlo antes?, Siempre estuvo ahí.

Lo amo.

No puedo negarlo.

Tengo que gritarlo.

- Estoy locamente enamorada de este delicioso pastel de vainilla con sabor a chocolate blanco y cubierta de avellana.— seguí degustando el increíble postre.

Bueno, era fin de semana y no tenía nada que hacer.

Y que mejor que ir caminando dieciséis cuadras para comprar el pastel más delicioso que se ha podido crear.

– Ahora vendré cada fin de semana solo para verte y para que estemos unos momentos juntos. Para que tu inigualable sabor quede en mi paladar y así—

– Creó que no debería hablar con la comida mientras la ve como una psicópata maniaca. — Tal parece que el destino quiere arruinar mis días de descanso.

Frente a mí se encuentra mi maldito imbécil jefe.— Con un rostro que me fastidia, además que yo solo tría puesto unos pantalones deportivos y una coleta mal hecha.

Bueno aunque mi mal humor se dispersa al ver al par luciérnagas correr hacia su padre.

– Lara, que bien encontrarte aquí. — dice mi mejor amiga, Darice sonriente.

– ¡Cierto! Es genial que estés aquí, así puedes acompañarnos al zoológico. — Casey abrazó mis piernas y me miraba suplicante.

– Es que yo tengo que ir a cuidar a mi pez. — excusa mejor no pude haber dicho. El señor Porki puede estar solo.

– Vamos, por favor. Acompañamos. — me suplicaba la pequeña.

Sonreí un poco, mi jefe miraba atento la escena hasta que hicimos contacto.

Él se encogió de hombros y tomó la mano de Darice.

– ¿Por qué no nos acompaña Srta. Bell? — de acuerdo esto sonará descabellado, pero me encantó mi apellido sobre sus labios, nunca lo había escuchado tan detenidamente.

Asentí, tomé la mano de Casey y seguí a mi jefe.















Alexandra Cuevas.

MI JEFE ES UN PERFECTO Imbécil.|COMPLETA|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora